Titulo del blogger

El teatro.

miércoles, 17 de enero de 2018

Jinetes hacia el mar (Libreto modificado) a


Personajes

Marta, una anciana
Bartolomé, su hijo
Catalina, su hija
Nora, una hija menor
Hombres, Mujeres



En una isla de costa este de Chiloé, en una cocina de la choza donde se ven redes, hules, un telar, unos tablones nuevos recostados sobre la pared, etc. Catalina, muchacha de alrededor de veinte años, terminar de amasar un pan y lo coloca dentro de una Olla, junto al fuego; luego de limpiar las manos y comenzar a hilar en telar.


 1º cuadro

(Nora, una adolescente, asoma la cabeza por la puerta.)

1.-NORA (en voz baja),--¿Donde esta?

2.-Catalina.--Está recostada y con la ayuda de Dios tal vez esté dormida.
(Mora entra silenciosamente  y saca un paquete de su chal.)

3.-CATALINA (haciendo girar rápidamente el telar ).--¿Que traes ahí?

4.-NORA.--Me las acaba de dar el curita. Es la camisa  y una media de ahogado que encontraron en Castro.
(Catalina detiene el telar con un movimiento brusco y se inclina en actitud de escuchar.)

5.-NORA .--Cuando ella vaya a la costa a mirar el mar tenemos que ver si son de Miguel.

6.-CATALINA.-¿Por qué  han de ser de Miguel, Nora ? ¿Como hubiera podido llegar tan lejos hacia el Norte?

7.-NORA.--El curita dijo que no sería el primer caso. "Si son de Miguel---dijo--pueden decirles a ella que halló cristina sepultura por obra y gracia de Dios, pero si no son de él que nadie le diga ni una palabra de esto--dijo--, porque de tantos llorar y lamentarse se morirá"

8.-CATALINA (mirando hacia afuera con ansiedad)--¿Le preguntaste al padre si trataría de impedir que Bertolomé fuera hoy con los caballos a la feria de Castro. ?

9.-NORA.-"No trataré de impedirselo --dijo--; pero no teman, Ella pasa la mitad de la noche rezando y Dios Todopoderoso no ha de quitarle el único hijo que le queda en el mundo".

10.-CATALINA.--¿Está bravo el mar por el lado de roqueridos?

11.-NORA.-Bastante bravo--¡que Dios nos ampare!--y su rugido crece por el Oeste, y pondrá peor cuando la marea cambie a favor del viento (Se acerca a la mesa con atado.) ¿Lo abro ahora?

12.-CATALINA.--Puede despertarse y entrar antes de que terminemos (se acerca a la mesa) Nos llevará un rato largo y nos hará llorar.

13.-NORA: (Se acerca a la puerta interior y escucha).- La oigo moverse en la cama. No tardara en venir.

14.-CATALINA: Dame el paquete. los pondré en la repisa de papas, para que no pueda encontrarlo, y cuando suba la marea quizá vaya a ver divisa a Miguel flotando entre las olas que llegan del este.

2º cuadro

15.-MARTA: (mirando a Catalina y hablando con tono  quejumbroso) ¿No tiene bastante carbón para ahora y para la noche?

16.-CATALINA: He  puesto un pan al fuego y tardara un rato (arroja un carbón)  y Bartolomé querrá comerlo cuando cambie la marea y salga  para Castro.
[NORA recoge el carbón y lo coloca alrededor de olla .]

17.-MARTA: (se siente en un banco junto al fuego) No irá hoy este  viento que sopla al norte. No irá hoy, porque el curita se lo impedirá, estoy segura.

18.-NORA: No lo detendrá, madre, y escuché a Simón, Esteban y Juan diciendo que iría.

19.-MARTA: ¿Dónde está ahora?

20.-NORA: Fué a averiguar si salia algún otro barco en la semana. Creo que no tardará en venir la marea está subiendo por Punta Lapa y el viento esta virando del Este.

21.-CATALINA: Alguien pasa por las grandes piedras.

22.-NORA (mirando hacia afuera).--Ahí viene, y  tiene prisa.

3º  cuadro.

23.-BARTOLOMÉ: (entra y mira alrededor, Su tono es triste y sereno) ¿Dónde esta el pedazo de cuerda, que compramos en Castro, Catalina?

24.-CATALINA: (baja de la escalera).- Dáselo , Nora; está en un clavo junto a las tablas blancas. Lo colgué esta mañana, porque el chancho de patas negras se lo estaba comiendo.

25.-NORA: (le alcanza la soga) ¿Es eso, Bartolomé?

26.-MARTA: Seria mejor que dejaras esa cuerda donde estaba,  Bartolomé. (BARTOLOMÉ toma la soga.) La necesitamos aquí,  te lo aseguro, si el mar nos trae  a Miguel  mañana temprano, o  pasado mañana, o cualquier día de la semana,  porque vamos a hacerlo, una fosa muy honda, con la ayuda de Dios.

27.-BARTOLOMÉ: (empieza a trabajar la soga) No tengo cabezada para poder montar la  yegua, y voy al tiro. Es el único barco que sale hasta dentro de dos semanas o más, y según les oí decir allá abajo, esta feria va ser buena para los caballos.

28.-MARTA.- Son otras cosas mas duras las que dirán allá abajo si el mar nos trae su cuerpo y no hay ningún hombre para haga  el cajón, después precio que pague para conseguir las tablas más blancas y mejores que había  en Castro.
[Se vuelve y mira los tablones.]

29.-BARTOLOMÉ: ¿Cómo podrá traerlo el mar ahora, después que lo hemos buscado todos los días  durante nueve días?¿Y además, con el  fuerte viento que se ha levantado del sur al Norte?

30.-MARTA: Aunque  no lo traiga a él, ese viendo hace crecer el mar, y durante la noche salio una estrella junto a la luna. Si tuvieran cien caballos o mil caballos, ¿Que importa el  precio de mil caballos con un hijo cuando se tiene un solo hijo?

31.-BARTOLOMÉ: ( Sigue fabricando la cabezada y dirige a  CATALINA).--No  dejes de ir todos los días, a  ver si  las ovejas andan saltando sobre el centeno, y si viene el comprador, puedes venderle el chancho de patas  negras por un buen  precio.

32.-MARTA: ¿Cómo quieres que ella saque un buen precio por un chancho?

33.-BARTOLOMÉ: (Sigue dirigiéndose a  CATALINA).-- Si sigue soplando viento del Este, con el ultimo cuarto de la luna tú y Nora, deben juntar bastante algas para hacer otro montón de cenizas para fuego. Las cosas no van a ser fáciles de hoy  en adelante, ahora que he quedado yo solo para el trabajo.

34.-MARTA:  No van a ser fáciles, no hay duda, el día que te ahogues como los otros. ¿ Como viviremos yo y las niñas conmigo, y cuesta una vieja con un pie en  la tumba?
[Bartolomé deja el cabezada, se quita la chaqueta vieja y se pone uno más nuevo,  de la misma franela]

35.-BARTOLOMÉ: (a Nora) ¿Se acerca al muelle?

36.-NORA: (mirando hacia afuera) Está pasando por punta lapa y dejando caer sus velas.

37.-BARTOLOMÉ: (recoje su bolso y su tabaco).-- Tengo media hora para llegar abajo. Dentro de dos  dos días me verán por acá , o dentro  tres días, o quizás dentro de cuatro si el viento sopla en contra.

38.-MARTA:.-- (se vuelve hacia el fuego y cubre la cabeza con el Chal) ¿No es cruel el hombre que no quiere oir la palabra de una vieja que trata de salvarlo del mar?

39.-CATALINA:.-- Para un hombre joven la vida es el mar. Además, ¿quién oye a una vieja que repite siempre lo mismo?

40.-BARTOLOMÉ: (recoge la cabestro).--Tengo que irme ya, Montaré la yegua alazana y el  petiso tordillo ira  detrás.... Que  Dios las bendiga.
[Él sale.]

41.-NORA: Bartolomé
4º  cuadro.


42.-MARTA: (exclama  cuando el llega a  la puerta) ¡ Se ha ido! ¡Que Dios nos ayude!¡No lo volveremos a ver ! Se ha ido y cuando caiga la noche no me quedará un solo hijo en el mundo.

43.-CATALINA.- ¿Por qué no le diste  tu bendición cuando se volvió desde  puerta para mirarle? ¿No tenemos ya bastantes tristezas, todos en esta casa,  sin que lo dejen irse con palabras duras y de mal agüero en los oídos?
[Marta, recoge  las tenazas y empieza, sin volver la cabeza, a remover el juego sin ton ni son.)

44.-NORA: (volteándose hacia ella).-- Estas separando el carbón del pan.

45.-CATALINA: (exclamando).--¡Que Dios nos perdone, Nora ! Casi nos  olvidamos de  su pedazo de pan. [ Se acerca al fuego.]

46.-NORA: Y llegará más muerto que vivos de aquí a la noche sin probar bocado desde la salida del sol.

47.-CATALINA: ( saca el pan de la olla).--Más muerto que vivo, sin duda. No se puede pensar en nada en una casa donde la madre  habla sin parar.
[Marta se balancea en su banquillo]

48.-CATALINA: (corta de pan y lo envuelve en lienzo, se dirige a Marta).-- Iras hasta el  manantial, y le darás  esto cuando pase. Le verás y borraras las palabras duras y podrás decirle " que Dios te proteja", para que vaya tranquilo.

49.-MARTA: (tomando el pan) ¿Llegaré  tan pronto como él?

50.-CATALINA: ---Si sales  ahora mismo.

51.-MARTA: (se pone de pie, vacilante).-Me cuenta tanto  camine.

52.-CATALINA: (La mira con ansiedad).-- Dale el bastón, Nora, no vayas a resbalarse en las piedras grandes.

53.-NORA: ¿Qué bastón?

54.-CATALINA: El que trajo Miguel de Castro.

55.-MARTA: ( empuña el bastón que Nora le alcanza) En todas partes del mundo, los viejos, al morir, dejan cosas cosas para sus hijos y nietos, pero en este lugar son  los jóvenes los dejan atrás cosas para los que son viejos.
[Sale lentamente. Nora se acerca al mueble de papas.]

                                                                            5º  cuadro.

56.-CATALINA: Espera, No vayas a volver en seguida. Esta tan afligida -- ¡ Dios tenga piedad de ella!.--que no se sabe lo que puede hacer.

57.-NORA: ¿ Ya paso  por el matorral?

58.-CATALINA: (mira hacia afuera).- Ya se fue. Pásalo  rápido porque sabe Dios cuando volverá a salir  de la casa.

59.-NORA: (sacando el atado de la repisa) El cura dijo que pasaría mañana por aquí, pero podemos ir a hablar con él antes,  si estamos seguras que lo son de Miguel.

60.-CATALINA: (tomando el paquete) ¿ Dijo él cómo lo habían encontrados?

61.-NORA: (bajando) " Eran dos hombres que andaban repartiendo aguardiente de contrabando---dijo--antes del amanecer y el remo de uno de ellos golpeó contra  el cuerpo cuando pasaban por los roqueridos".

62.-CATALINA: (tratando de abrir el paquete) Dame un cuchillo; el hilo se ha endurecido con el agua salada y el nudo está tan duro que no lo soltaría, ni en  una semana.

63.-NORA: (dándole un cuchillo) He oído decir que estamos muy lejos de Castro.

64.-CATALINA: (cortando la cuerda).-Así es. Hace pocos estuvo aquí un hombre.- -el hombre nos vendió ese cuchillo- y dijo que yendo a pie, desde la ultima rocas, tardaría siete días para a Castro.

65.-NORA: ¿Y flotando ¿cuando tiempo tardara un hombre?
(Catalina abre el atado y extrae un trozo de caminar y una media que ambas miran con vehemente interés) 

66.-CATALINA: (en voz baja) Que Dios nos ayude. ¿No te parece horriblemente difícil  asegurar que eran de él?

67.-NORA: Traeré la camisa que está colgada en la percha para poder comparar un genero con otro.  (Revista unas ropas colgadas en el rincón ) Aquí no esta. ¿Donde estará?

68.-CATALINA: Se la habrá puesto Bartolomé esta mañana porque la de él estaba dura con el agua salada. (Señala el rincón) Hay un  gran pedazo de manga que era del mismo genero. Dámelo y servirá igual.
[Nora se lo lleva y comparan las telas]

69.-CATALINA: Es lo mismo genero, Nora; pero aunque sea el mismo, pero aunque sea el mismo, ¿no hay acaso en las  tiendas de Castro, grandes rollos de esta franela, y no puede haber otro hombre que tenga una camisa igual a la Miguel?

70.-NORA: (quien ha estado examinando la media y contando los puntos exclama).-¡ Es Miguel, es Miguel! ¡ Que Dios tenga piedad de su alma!  ¿qué dirá ella cuando sepa y con Bartolomé  en el mar?

71.-CATALINA: (tomando la media) Es una media común.

72.-NORA: Le tejí tres pares; esta en la segunda del  tercer par. La empece con setenta puntos y se me escaparon cuatro.

73.-CATALINA: (cuenta los puntos) -Cincuenta y seis puntos. (Exclama)  ¡Ah, Nora! ¿No es horrible pensar en él flotando hacia el lejano norte, sin  nadie que lo lloraba mas que las brujas que andan volando sobre el mar?

74.-NORA: (balanceándose, y extendiendo sus brazos sobre la ropa) ¿ Y no es triste  ver que de un hombre que remaba y pescaba como él, no queda más que un pedazo de camisa vieja y una media?

75.-CATALINA (después de un instante).-- Dime  Nora, ¿viene? Oí ruido en camino

76.-NORA: (mira hacia afuera).-Si, ahí viene. Está casi en la puerta.

77.-CATALINA: Saca estas cosas de aquí antes de que entre. Tal vez esté mas tranquila después de dar su bendición a Bartolomé. No le diremos nada mientras él ande por el mar.

78.-NORA: (ayudando a Catalina  a cerrar el paquete) Los pondremos aquí en rincón.
[Los pusieron en un agujero en la esquina de la chimenea. Catalina vuelve a la rueca.]

79.-NORA: ¿Se dará cuenta que he llorando?

80.-CATALINA : Quédate de espaldas a la puerta para no tener la luz en cara.
[Nora se sienta en la esquina de la chimenea, de espaldas a la puerta. MARTA entra muy despacio, sin mirar a las chicas, y va a su taburete al otro lado del fuego. La tela con el pan todavía está en su mano. Las chicas se miran y Nora señala el paquete de pan.]


                                                                            6º  cuadro.


81.-CATALINA: (después de hilar un momento de silencio ) ¿No le diste su pedazo de pan?
[Marta sin volver la cabeza, empieza a entonar un treno]

82.-CATALINA: ¿Lo viste pasar a  caballo?
(Marta sigue  su lamentación]

83.-CATALINA: (con un poco de impaciencia) Que Dios te perdone, madre ¿No seria mejor hablar y decirle lo que hiciste, en lugar  de estar lamentandose por algo que no tiene remedio? Te pregunto si has visto a Bartolemé.

84.-MARTA: (con una voz débil) Este día me ha destrozado el corazón.

85.-CATALINA: (insistiendo) ¿ Han visto a Bartolomé?

86.-MARTA: He visto algo horrendo.

87.-CATALINA: (dejo tejar y mirar hacia afuera) Que  Dios te perdone; Ahí va por Punta Lapa montando en la yegua y con el petiso tordillo detrás.

88.-MARTA: (con un sobresalto que le hace caer el chal sobre los hombres, descubriendo su pelo blanco rizado. Habla con miedo ) El petiso tordillo detrás.

89.-CATALINA: (Acercándose al fuego) ¿Qué paso?

90.-MARTA: (habla muy despacio) He visto la cosa más horrenda que haya pedido verse desde  el día en que Maria Lara vio al hombre muerto con el niño en sus brazos.

91.-CATALINA Y NORA: ¡hay!
[Se sientan en el suelo , junto al fuego,  frente a la anciana frente]

92.-NORA: Cuéntanos  lo que viste.

93.-MARTA: Llegue al manantial, y allí me quedé  rezando hasta que vi acercarse a Bartolomé montando en la yegua alazana con petiso tordillo detrás.  (Levanta las manos en ademan de tapar  algo ante su vista .) ¡ Que Jesucristo se apiade de nosotros, Nora!

94.-CATALINA: ¿Qué viste?

95.-MARTA: Vi a  Miguel en carne y hueso.

96.-CATALINA: (hablando en voz baja) No puede ser, madre. No  fue  a Miguel  a quienes viste, porque acaban de  encontrar en su cuerpo allá en el Norte,  y por obra y gracia de Dios le dieron cristiana sepultura.

97.-MARTA: (un poco desafiante).-Acabo de verlo hoy mismo, a caballo, galopando. Bartolomé iba en la yegua alazana y traté de decirle "que Dios te proteja";pero algo ahogó las palabras en mi garganta. Paso de largo, ligero, y me dijo: "que Dios te bendiga "Y yo pude decir nada. Alcé entonces los ojos llenos de lagrimas y mire al petiso tordillo y ahí estaba Miguel, montado....Llevada puesta buena ropa y tenia zapatos nuevos en los pies.

98.-CATALINA: (empieza una lamentación ) Ya no tenemos salvación. No tenemos salvación.

99.-NORA: ¿No dijo el  curita que el Dios Todopoderoso no iba a quitarle el único hijo que le queda en el mundo?

100.-MARTA: (en voz baja, pero claramente) Es  muy poco lo que saben del mar, las personas como él.... Bartolomé ya  estará perdido.Llamen a Simon para que me haga un buen cajón  con las tablas nuevas, porque no podré sobrevivirlos.  He tenido un marido, y el padre de ese marido, y seis hijos en esta casa-- seis hombrones que me dieron, cada uno de ellos, muchos trabajo al nacer--y a algunos los encontraron y a los otros no los encontraron, pero todos se han ido, todos.... Mauricio y Roberto perdidos en la tormenta. Aparecieron en el Golfo de Corcovado, me trajeron a los dos juntos sobre un tablón y lo encontraron por esa puerta.
[Hace una pausa por un momento, las chicas comienzan como si escucharan algo a través de la puerta que está medio abierta detrás de ellas.]

101.-NORA: (en un susurro) ¿Oíste, Catalina? ¿Oíste un ruido en el norte?

102.-CATALINA: (en un susurro) Alguien grita en la costa.

103.-MARTA: (prosigue sin oír) Y Jorge y su padre, y el  padre de él perdidos en una noche negra, y cuando salio el sol no se encontró ni una astilla, ni un rastro de ellos. Y después Patricio, ahogado cuando se le volcó la barca. Yo Estaba aquí sentada con Bartolomé.--era tan pequeñito que lo tenia sobre las faldas--era tan pequeñito que lo tenia sobre las faldas.--cuando vi entrar a dos mujeres, y tres mujeres que se persignaban sin decir una palabra. Entonces me asomé a mirar y vi a los hombres  que venían detras, trayendo algo cargado, envuelto en un pedazo de vela roja que chorreaba agua--no llovía ese día. Nora--y dejaba un reguero hasta la puerta.
[Hace una pausa nuevamente con su mano estirada hacia la puerta. Se abre suavemente y las ancianas comienzan a entrar, se cruzan en el umbral y se arrodillan frente al escenario con refajos  rojos sobre sus cabezas.]


                                                                     7º  cuadro.

104.-MARTA: (como en un sueño, para Catalina) ¿Es Patricio, o Miguel, o qué es  esto?

105.-CATALINA: Acaban de encontrar a Miguel  en el lejano norte, y si lo encontraron allá, ¿como puede estar aqui?

106.-MARTA: Hay un  enjambre de jóvenes flotando  por el mar...¿Como pueden saber si el que encontraron es Miguel o es otro?
Porque cuando un hombre ha estado nueve días en el mar y sopla un viento furioso, hasta su propia madre se vería en apuros para decir quien es.

107.-CATALINA: Es Miguel, que en paz descanse. acaban de mandarnos unos restos de sus ropas.
 [Ella extiende la mano y le entrega a marta la ropa que le pertenecía a miguiel. Marta se levanta lentamente y los toma en sus manos. Nora se asoma.]

108.-NORA: Traen algo cargando y chorrea agua que deja un reguero junto a las piedras grandes.

109.-CATALINA: (en un susurro a las mujeres que han entrado) ¿Es Bartolomé al que traen?

110.-UNA MUJER: Si; es a él. Que en paz descanse.

                                                                8º  cuadro.

[Dos mujeres más jóvenes entran y desarriman  la mesa. Luego los hombres cargan en el cuerpo de Bartolomé, lo ponen sobre una tablon, lo cubren con una vela y lo ponen sobre la mesa.]

111.-CATALINA: (mientras tanto, a las mujeres) ¿Como se ahogó?

112.-UNA MUJER: El petiso tordillo lo empujó y cayo al mar, y lo envolvieron las gigantescas olas que rompen sobre roqueridos.
[Las mujeres cantan suavemente sus lamentaciones y se balancean con un movimiento lento, Catalina y Nora  se arrodillan en el otro extremo de la mesa. Los hombres se ponen de hinojos cerca de la puerta .]

113.-MARTA: (levantando la cabeza y hablando como si no viera a la gente a su alrededor)  Se han ido todos, y no hay nada más pueda hacerme el mar  ...Ya no tendré que estar en vela, llorando y rezando cuando el viento se levanta del sur y se oye venir la marejada del Este y tremendo alboroto que hacen los dos ruidos al juntarse y chocar el uno  con el otro.Ya no tendré que bajar a buscar agua bendita en las oscuras noches del invierno y no me importará como está el mar cuando oiga los lamentos de las otras mujeres [ A Nora]. Dame el agua bendita, Nora; ha quedado un poco todavía en mueble.
(Nora se la alcanza)

114.-MARTA: (deja caer la ropa de Miguel a los pies de Bartolemé, y rocía el Agua Bendita sobre él)
No es porque no haya rezado por ti a nuestro Dios Todopoderoso, Bartolomé. No es porque no haya rezado en las negras noches hasta no saber lo que estaba diciendo; pero ahora podré descansar, y ya era tiempo. Podré descansar y podre dormir mucho en las largas noches del invierno, aunque solo tengamos un poco de harina tostada para comer y tal vez un poco de pescado.
[Se arrodilla de nuevo, santiguándose, y diciendo oraciones en voz baja]

115.-CATALINA: (a un anciano) Usted y Simón podrían hacerme un cajón cuando salga el sol. Tenemos buenas tablas nuevas que ella misma compro.--¡Dios la ayude! .-cuando pensaba que iba a encontrar a Miguel. Y tengo pan fresco que puedan comer mientras trabajan.

116.-ANCIANO: (mirando las tablas) ¿Tienes también clavos ?

117.-CATALINA: No Manuel, no tenemos; no pensamos en los clavos.

118.-OTRO HOMBRE: Me extraña que ella no pensaba en los clavos, con todos los cajones que ha visto hacer.

119.-CATALINA: Está vieja y vencida.
[Marta se pone de pie otra vez muy lentamente y extiende las piezas de la ropa de Miguel al lado del cuerpo, rociándolas con lo último del Agua Bendita.]

120.-NORA: (en un susurro a Catalina).- Ahora está tranquila y serena, pero el que Miguel se ahogó se oían sus lamentos de aquí el manantial. Quería mas a Miguel. ¿Quien lo hubiera dicho?

121.-CATALINA: (lenta y claramente) -Las viejas pronto se cansan de todo lo que hacen y ¿no son ya nueve días de llantos y lamentaciones y dolor en esta casa ?

122.-MARTA: (pone la taza vacía boca abajo sobre la mesa, y pone sus manos juntas sobre los pies de Bartolomé) Esta vez todos están juntos, y ha llegado el fin. Que el Dios Todopoderoso tenga misericordia del alma de Bartalomé, y del alma de Miguel, y de las almas de Mauricio y Roberto, y de Juan  y Esteban (inclinando la cabeza);y tengan piedad de mi alma, y las almas de todos los que quedan con vida en este mundo.
 [Hace una pausa, y las lamentaciones de las mujeres suben un poco de tono para decrecer despues y apagarse]

123.-MARTA: (Prosigue) Por obra y  la gracia del Dios. Miguel ha encontrado una sepultura cristiana en el lejano norte.  Bartolomé tendrá un buen ataúd de tablas nuevas, y  una fosa bien  profunda, no hay duda.
¿Qué más podemos desear? Nadie sigue viviendo eternamente y debemos conformarlos. (Se arrodilla de nuevo y el telón cae lentamente )

Antecedentes de la Obra.

Chilotes



Los pescadores de la obra son descendientes directos de los Chonos, que  fue un indígenas de isla de Chiloé.

El archipiélago de Chiloé está localizado en la zona sur de Chile, entre los paralelos 41° y 43° de latitud sur. Comprende una isla principal, la isla Grande de Chiloé, y un gran número de islas e islotes menores. El archipiélago tiene una superficie de 9181 km² y contaba con una población total de 168 185 personas en el año 2017.





Poblamiento.


El poblamiento de Chiloé se realizó desde el norte, una vez que la Isla Grande ya estaba separada del continente. Los vestigios humanos más antiguos están fechados en 5000-6000 años y se encontraron bajo una vivienda en Puente Quilo, en la península de Lacuy (Ancud), en el extremo noroccidental de la Isla Grande.
Los chonos son los primeros habitantes conocidos del archipiélago, pero posteriormente fueron desplazados hacia el sur por los huilliches, el grupo mapuche de la zona sur. Los chonos eran excelentes marinos que podían navegar extensiones de miles de kilómetros en sus embarcaciones llamadas dalcas. Una de sus costumbres era el curanto, una comida hecha en un hoyo en la tierra que se cocina con piedras recalentadas y se cubre con hojas de nalca. Luego de su contacto con los huilliches también practicaron incipientemente la agricultura, principalmente de la papa, mientras que los huilliche eran agricultores que adoptaron las costumbres marineras de los chonos a causa del contacto cultural y de las necesidades que les impuso el medio.

Los chonos​.
Los chonos​ es el nombre genérico que se usa para designar a los grupos indígenas nómadas que habitaron las islas y canales entre el sur del archipiélago de Chiloé y la península de Taitao en la zona austral de Chile, desde tiempos prehistóricos hasta fines del siglo XVIII o épocas más recientes. Eran nómadas y su principal actividad era la caza del lobo marino, la pesca, realizada por los hombres, y la recolección de algas y mariscos, realizada por las mujeres; también criaban perros y con su pelo tejían toscos paños. Existe discusión acerca de la homogeneidad étnica de estos grupos y de su parentesco con los alacalufes o kawésqar de más al sur.

Historia.

Existen pocos datos acerca de los grupos agrupados bajo la denominación de “chonos”, según la definición acuñada por John Cooper en 1917 y seguida por autores posteriores. Los testimonios de los exploradores y sacerdotes de la época colonial hablan de diferentes “naciones” que poblaban el territorio de los canales, pero no existe certeza del número real o características distintivas de estos grupos.
Los vestigios de poblamiento humano encontrados en la zona de los canales patagónicos tienen una antigüedad de hasta 7500 años en la isla Navarino y de unos 6100 años en el norte de la isla de Chiloé,​ extremos que no estaban habitados por los chonos en tiempos históricos. Los investigadores no han llegado a un consenso sobre la dirección que siguió el poblamiento y el modo en que ocurrió la adaptación a la vida marítima.
Para mediados del siglo XVI, el área norte de Chiloé estaba poblada por un pueblo horticultor y pescador de lengua mapuche y que en la historiografía es conocido como huilliche o cunco y de quienes se cree que habían arribado a la zona desde el continente unos siglos antes; al sur de estos, en la costa suroriental de Chiloé, estaban los llamados payos, posiblemente canoeros aculturados por los anteriores y en parte desplazados hacia el sur. En las islas Guaitecas y el archipiélago de los Chonos, entre los 44° y los 48° S, vivían los grupos conocidos como chonos en la época colonial, que se desplazaban de forma continua por el territorio y vivían de la caza y la recolección, además de practicar en ocasiones el cultivo incipiente de papas. En la parte sur de esta zona, pasada la península de Taitao, había otros grupos, conocidos bajo diferentes nombres por los cronistas, que para Cooper pueden considerarse también “chonos” ante lo incierto de sus características y la semejanza de sus modos de vida.
Los conquistadores españoles comenzaron a explorar la zona de los canales en la década de 1550 y la primera expedición en entrar en contacto con los indígenas del área fue la de Francisco de Ulloa en 1553, durante su viaje al estrecho de Magallanes. En la crónica de su expedición se señala que arribaron a un archipiélago llamado de los Chonos y que más al sur tuvieron un enfrentamiento con los nativos.
En 1557 una expedición española al mando de Juan Ladrillero viajó hacia el estrecho de Magallanes y la crónica de la travesía incluye descripciones de los indígenas de los canales, a quienes se identifica con el nombre de “huillis”.
Durante la segunda mitad del siglo XVI se inició la conquista de Chiloé y los conquistadores recibieron tierras e indígenas en encomienda, una de las cuales incluía a los indígenas “guaitecos”. Sin embargo, se supone que estas asignaciones no pudieron hacerse efectivas porque era difícil llegar a los lugares donde residían estos indígenas.
La primera mención que se conoce de los chonos bajo ese nombre data de 1609, cuando el sacerdote jesuita Juan Bautista Ferrufino se refiere al archipiélago de Chonos y relata que hizo un catecismo en la lengua de estos indígenas, que de acuerdo a su parecer era muy distinta y más difícil que el mapudungun de los huilliches.

Los jesuitas residentes en Castro hicieron una expedición a las islas Guaitecas en 1612, pues estaban alentados por sus éxitos con los huilliches de Chiloé y porque un cacique de los chonos los invitó a visitarlos y a que predicaran entre su gente. En este viaje y en visitas posteriores edificaron iglesias y prepararon fiscales indígenas para que mantuvieran el culto el resto del tiempo. Los sacerdotes se encontraban ocupados con sus misiones en Chiloé y solamente hacían visitas esporádicas a las islas Guaitecas, finalmente las interrumpieron alrededor de 1630.
Pasado este periodo de intento de acercamiento español hacia los chonos, fueron estos los que comenzaron a acudir a Chiloé, principalmente en busca de mujeres y objetos de manufacturados de metal y otros que pudieran obtener del asalto a viviendas de indígenas y españoles en las islas más apartadas del alcance de las autoridades coloniales. Estas incursiones rara vez podían ser detenidas o castigadas, pero en represalia los españoles hacían lo propio en las islas de los chonos, y mediante incursiones Malocas regresaban con prisioneros que eran usados como esclavos y que no solían vivir mucho a causa del cambio de dieta.
En 1675 causó noticia y alarma en Chiloé (y luego en Lima y la corte española) el relato que hizo el chono Cristóbal Talquipillán, acerca de la existencia de asentamientos ingleses al sur de Chiloé. El virrey del Perú envió una expedición de reconocimiento y preparó una flota de doce navíos para expulsar a los ingleses, pero se trataba solamente de una mentira.
En 1710 se presentó un grupo de 166 chonos de todas las edades en el fuerte San Miguel de Calbuco y manifestaron que deseaban la paz y vivir entre los españoles. Estos recibieron a los chonos con gran alegría y sorpresa, en vista de las hostilidades anteriores, y tomaron medidas para que se quedaran y adoptaran el cristianismo. Durante los años siguientes continuaron arribando familias a la zona, hasta llegar a ser unas 600 personas, que de acuerdo a estimaciones modernas habría sido casi el total de su población. Se les eximió de prestar servicio a los españoles en su calidad de “neófitos” y se les dio la isla Guar, donde en 1717 se constituyó una misión jesuita atendida por sacerdotes de Castro.

En Guar eran continuamente acosados por los cortadores de alerce que iban a extraer madera a Melipulli (actual Puerto Montt) y pronto todos, salvo cuatro familias, se desperdigaron por el mar interior de Chiloé y retomaron su nomadismo. En vista de que un número importante se estableció en Quiapu, alguna de las islas vecinas de la de Quinchao, la misión se trasladó a Chequián, en el extremo de esta última. Sin embargo, los chonos siguieron en movimiento, y mientras algunos volvieron a Guar, otros se instalaron en puntos tan dispares como Calbuco, Chaulinec, la salida del canal de Chacao o cerca de la isla Guafo y los misioneros consideraron abandonar Chequián y crear una nueva misión en Cailín.
Por esa época, las autoridades coloniales consideraban una tarea difícil el conseguir que los chonos se hicieran cristianos y sedentarios y los consideraban huraños, hostiles y sediciosos, entre otros calificativos relacionados con la renuencia chona a asentarse en un lugar y seguir las costumbres españolas.
La misión de Cailín se estableció finalmente en 1764, incluía también las islas de Chaulinec y Apiao y el principal grupo indígena residente eran los llamados caucahués, vecinos meridionales de los chonos y considerados por los misioneros como más tratables e interesados en la adopción de la cultura europea.
Durante el resto del siglo XVIII continuaron viviendo en forma seminómada, pero poco a poco fue creciendo la importancia de la agricultura en su modo de vida. Ellos y los demás indígenas canoeros de Cailín eran los únicos que entendían de la caza de la ballena y trocaban aceite de ballena por harina y otros productos. Asimismo, las crónicas de la época hablan de reducción del número de chonos por la escasez de mujeres, atribuida a la práctica del buceo que habría reducido su esperanza de vida.

Hacia fines del siglo XVIII, el pueblo de los chonos se da por desaparecido, al haberse mezclado con los demás canoeros en Cailín y haberse casado la mayoría de los hombres con mujeres huilliches, de manera que sus descendientes adoptaron el modo de vida común de la población hispano-huilliche de Chiloé.
Durante el siglo XIX hay reportes esporádicos de indígenas canoeros identificados como chonos y en el siglo XX un hombre kawésqar aseguró haber tenido encuentros con ellos.
Estudios genéticos realizados en Chiloé señalan que la población de la isla Laitec presenta marcadores genéticos diferentes a los de otras poblaciones más septentrionales de Chiloé, y parecidos a los de pueblos fueguinos, lo que podría ser un indicador de ancestros chonos.

Cultura

Al igual que los huilliches del canal de Chacao, tenían embarcaciones de tres tablas llamadas dalcas y desarrollaron el uso del ancla, construida con piedras y madera. Navegaban por los canales e incluso podrían haber llegado al Golfo de Penas.
Cuando estaban en tierra habitaban pequeños armazones de palos cubiertos con cueros, o bien vivían en cuevas. Se mantenían en pequeñas bandas, sin embargo su principal organización social era la familia.
Su dieta se basaba en lo que podían obtener del mar: mariscos, pescados, algas y carne de lobo marino y de ballena. A principios del siglo XVII ocasionalmente practicaban el cultivo de papas y algún grano y más adelante, luego del contacto con los misioneros y el asentamiento en Chiloé, fueron adoptando más la práctica de la agricultura. Fabricaban lanzas, mazas, anzuelos de madera, hueso y pedernal y redes de fibra vegetal. Su vestimenta al parecer eran taparrabos de algunas algas marinas y se cubrían el torso con capas de cuero o tejidas de pelo de perro. También en ocasiones usaban gorro y se pintaban la cara con colores rojo, negro o blanco.
Desarrollaron ritos mágicos y tenían tabúes como no mirar a una bandada de loros en vuelo o no tirar al mar las conchas de los mariscos que comían. Los cuerpos de los muertos eran dejados generalmente en cuevas.
El idioma chono, del que quedan pocos registros, parece haber estado emparentado con el kawésqar y se postula que podría tratarse de un dialecto de él.
Los cuncos o puncos eran un pueblo sedentario, a menudo considerados como una parcialidad de los huilliches, que a su vez son la rama meridional del pueblo mapuche. Habitaban en el sur del actual territorio de Chile, en una franja costera que iba desde el sur de Valdivia hasta el río Maullín, incluyéndose a veces bajo esta denominación a los habitantes de la porción norte de Chiloé y las islas aledañas.​ Hablaban mapudungun, lengua común a todos los pueblos del conjunto mapuche.
Desarrollaron la agricultura, especializándose en el cultivo de la papa y el maíz y también practicaban la pesca y la caza. Además, utilizaron embarcaciones de madera, llamadas dalcas, con las que recorrían los parajes costeros en busca de alimentos, especialmente peces y mariscos.
Luego de la rebelión mapuche de 1598, fueron el grupo más hostil a los españoles asentados en la ciudad de Osorno, a la que pusieron sitio y lograron destruir luego de que sus defensores la abandonaran en 1602. Durante todo el siglo XVII, hubo escaramuzas entre los cuncos y los españoles, particularmente cuando hostigaban a los contingentes que se desplazaban entre Valdivia y Chiloé.

Ubicación

Toda la costa de la actual Provincia de Llanquihue, y norte de Chileo.


1 comentario:

La serie de televisión Breaking Bad.-a

Introducción  Breaking Bad es una serie de televisión dramática estadounidense creada y producida por Vince Gilligan. Breaking Bad...