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El teatro.

domingo, 16 de abril de 2017

Shakespeare y el Derecho.-a


Pocos personajes han dejado mayor legado cultural que William Shakespeare ( 1564-1616), me permito recordar el legado del autor inglés al Derecho, veamos.

A) SOBRE LOS ABOGADOS

– “Lo primero que haremos, matar a todos los abogados”

Dick , en ” Henry VI”.

“Aquí hay otra: ¿por qué no podría ser la calavera de un abogado? ¿Dónde están ahora sus excentricidades y sutilezas, sus litigios, sus títulos y sus trucos? ¿por qué soporta ahora que este villano grosero le golpee contra la pared con una pala sucia, sin protestar por el daño? Hum! Este debió haber sido en su época un gran comprador de tierras, con sus leyes y fianzas, sus arriendos, sus certificados mutuos, sus indemnizaciones: ¿es esta la renta de sus arriendos y la indemnización de sus indemnizaciones, tener su hermosa calavera llena de hermosa tierra? ¿ sólo le alcanzaron sus fianzas, por dobles que fuesen, para el largo y ancho de un espacio que cubrirían un par de escrituras? ¿Los títulos de sus tierras no cabrían en esta caja, y su heredero no tendrá más que esto?

Hamlet,en “Hamlet, príncipe de Dinamarca”

– ” Actuad como los adversarios en Derecho, luchad ferozmente pero comed y bebed como amigos”

Tranio, en La fierecilla domada

– “Entonces, es como la defensa de un abogado que no cobra: si se hace por nada. ¿ podrías hacer algo de la nada, tío?”

Bufón, en El Rey Lear

B) SOBRE LOS JUECES

– “Se puede ver cómo va el mundo sin tener ojos: mira con los oídos. Ve cómo ese juez maldice a ese pobre ladrón. Un leve susurro, cambias los papeles y, china, china, ¿quién es el juez y quién el ladrón? ¿Tú has visto a algún perro guardián ladrar a un mendigo?(….) Y el pobre hombre huye del chucho. Ahí tienes la imagen perfecta de la autoridad: al perro le obedecen”.

Lear en “El Rey Lear”

C) SOBRE EL PODER Y LA LEY

-“¡Oh pecado mortal! ¡Oh grosera ingratitud! Vuestra falta la Ley con muerte la castiga; pero el amable príncipe, poniéndose de vuestro lado, a un lado la norma ha puesto, y la negra palabra muerte en destierro ha transformado, esto es gran clemencia, que vos no veis.”

Fray Lorenzo, en “ Romeo y Julieta”

– “¿Por qué golpeas a esa prostituta? Registra tu conciencia. ¿No cometiste tú mismo con ella el crimen que ahora castigas? El usurero hace ahorcar al falsario. Los pequeños vicios traslucen a través de los andrajos de la miseria; más las finísimas pieles y los trajes de seda lo ocultan todo. Cubre el crimen con chapas de de oro y la espada de la justicia se quebrará contra el, sin mellarlo; pero cubre con andrajos y un pigmeo lo atravesará con una simple paja.”

Lear, en “ El Rey Lear”.

– “Villano, ten por seguro que me probarás que mi amada es una puta; tenlo por seguro; dame la prueba ocular; o, por la salud de mi alma eterna, más te valiese haber nacido perro que tener que contestar a mi cólera en alerta!”

Otelo, en “El moro de Venecia”.

D) SOBRE LOS GOBERNANTES

-“ Las (virtudes) que convienen a un rey, como justicia, verdad, templanza, constancia, largueza, perseverancia, clemencia, humildad, entrega, paciencia, valor, fortaleza”

Macbeth

Algo huele a podrido en Dinamarca.”

Marcelo, en “Hamlet”.

Nota 

El mercader de Venecia. El asunto es conocido: Bassanio, un comerciante, ha obtenido un préstamo aceptando una peculiar penalización para el caso de incumplimiento: que el acreedor, Shilock, pueda resarcirse obteniendo una libra de carne de un tercero, Antonio, extraida “cerca del corazón”
Los especialistas en la disciplina llamada  “Derecho y Literatura”, muy popular en las universidades anglosajonas desde los años 1970, se han detenido a considerar los defectos de esta historia extraordinaria desde el punto de vista de la técnica jurídica. Así por ejemplo, objetan que: 
1) una condición que suponga la muerte de una persona sería contraria al orden público y por tanto nula;
 2) la falsa jueza, Porcia, tenía un interés personal en el pleito que la habría inhabilitado para intervenir en él;
 3) una demanda civil no puede acabar sin más convirtiéndose en un juicio penal contra el demandante;
 4) todo el pleito se resuelve sin pausa en una  única escena teatral; 
5) los litigantes argumentan personalmente y no, como es usual, a través de abogados… Y así sucesivamente.


 Es verdad que Shakespeare no era jurista (poca falta le hacía, pensamos algunos) ni tenía gran aprecio por la profesión. Asi lo muestran los comentarios burlones del príncipe Hamlet en la escena del cementerio (al comienzo del acto V) cuando imagina que la calavera que tiene en las manos podría pertenecer a algún abogado. Pero más allá de su mayor o menor pericia jurídica, lo cierto es que Shakespeare puso de relieve en su comedia veneciana un fenómeno de la mayor importancia para los intereses de su país como incipiente nación comercial. La juez Porcia pide al acreedor Shilock que se apiade de Antonio y renuncie a su derecho, apelando a las virtudes de la compasión. Shilock se niega y exige que se cumpla su condición en sus términos literales. Nadie, ni siquiera Antonio, y ésto es lo más interesante, niega que el contrato sea válido legalmente. Entonces la juez se pliega, aparentemente, a las exigencias del acreedor y extrema el rigor frente a la equidad; en consecuencia, resuelve que lo pactado se cumpla exactamente según su letra: pero ni un gramo más ni menos que una libra de carne y sin derramar una gota de sangre, cosa que no está contemplada en el contrato. Shilock, comprensiblemente alarmado, se apresura a renunciar a su reclamación antes de que le expropien sus bienes y le obliguen a convertirse al cristianismo, o algo peor.

¿Por qué este gran rigor legalista? Pues precisamente porque para una república como Venecia,  que quiere realzar su prestigio como gran potencia del comercio internacional, es fundamental rechazar los criterios de “equidad” y mantenerse en la observancia del derecho estricto, único que proporciona la siempre tan reclamada “seguridad jurídica”. Lo contrario favorece a los jueces corruptos y causa  arbitrariedad en el tráfico. Nada nuevo bajo el sol. Shakespeare defendía que una  Inglaterra que salía apenas del feudalismo importara las técnicas jurídicas desarrolladas por el capitalismo en la entonces más avanzada República Serenísima.


En otro ámbito más directamente político podemos comprobar cómo Shakespeare participaba también del fervor nacionalista del momento. Me refiero a su firme adhesión al principio del fundamento divino del poder monárquico, que en la época del nacimiento de los estados modernos resultaba imprescindible para consolidar la autoridad de los reyes frente al desafío de los nobles y de la iglesia. Nuestro autor dividió sus dramas históricos en dos tetralogías y reflejó en ellas las numerosas luchas de clanes por hacerse con la corona, las efímeras victorias seguidas por derrocamientos violentos que culminan en el lamentable reinado de Ricardo III. En todas estas escaramuzas, Shakespeare enfatiza la necesidad de un buen y justo rey, como en su opinión lo fué Enrique V, ungido por Dios con el poder. Al mismo tiempo, no puede dejar de reconocer, al relatar hechos tan desastrosos, que la intervención divina en estas materias dista, como poco, de ser perfecta.

En su obra de madurez Julio César, se trata la cuestión del poder desde un ángulo diferente. Lo que está aquí en juego es dilucidar qué es más efectivo para consolidar un régimen fuerte y justo: ¿lo es la apelación abstracta a las libertades y a las instituciones de la República que hace Bruto tras asestar el fatal golpe a Julio César, su canto a la que más tarde se llamaría ‘patriotismo constitucional’? ¿O más bien la apelación que, en contraste, hace Marco Antonio al enterrar al César asesinado, dirigida a excitar los sentimientos y emociones del pueblo, invocando elementos de la tradición capaces de cimentar el poder en un paternalismo firme pero benévolo?. Entre líneas, y a juzgar por el modo como Shakespeare manipula su fuente, que no es otra que las Vidas paralelas  de Plutarco, se puede adivinar que nuestro gran poeta tiene una clara inclinación hacia lo segundo: hacia el poder teocrático del monarca. Una inclinación que era ampliamente compartida por sus compatriotas entonces y lo ha seguido siendo, por cierto, durante muchos siglos.



king-lear-cordelia-s-farewell-1898
‘King Lear: Cordelia’s Farewell’, de Edwin Austin Abbey.


Para un análisis legal, por lo demás, no tiene desperdicio la espléndida escena del acto II de Julio César en la que Bruto medita en su soliloquio memorable. “¡Tiene que ser con su muerte!” empieza afirmando con total convicción al considerar lo que haya de hacerse. Sólo después pasa a razonar sobre el por qué (Julio quiere ser coronado rey y acabar con las instituciones tradicionales de la república) y el cómo: tenemos que actuar con rapidez y olvidarnos de los requisitos procesales, de la acusación, la prueba, la defensa. Imposible no recordar la escena del divertido juicio con el que culmina Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. Tras una engorrosa discusión sobre la insuficiencia de las pruebas para condenar a la sota de corazones, que había robado las tartas de la reina, y una impertinente observación de la crecida Alicia, la reina explota en un ataque de cólera justiciera: “¡Que le corten la cabeza! (…) ¡La sentencia es lo primero, el juicio ya lo haremos más tarde…!”




(SHAKESPEARE, William: Obras Completas (trad. Astrana Marín). Aguilar, Madrid 1961.–BINDOFF, S.T.: Tudor England, Pelican, Londres, 1950.–CORMAK, Bradin, NUSSBAUM, Marta eds.: Skakespeare and the Law, U de Chicago, 2013.–WAIN, John, El mundo vivo de Shakespeare. Alianza, Madrid,1964.–BOORMAN, S.C.: Human conflict in Shakespeare, Routledge, Londres 1987)

sábado, 15 de abril de 2017

Localizan lugar donde William Shakespeare vivió en Londres.-a

Una nueva investigación ha identificado el lugar donde el dramaturgo inglés William Shakespeare (1564-1616) vivió en Londres cuando escribió la obra Romeo y Julieta, no muy lejos de la estación de Liverpool Street.
Hasta ahora se pensaba que el poeta vivió donde está esa estación, entre 1597 y 1598; pero unos análisis del historiador Geoffrey Marsh indican que vivió un poco más lejos, en la calle de Great St. Helen, donde hay un edificio de oficinas.
Después de diez años de investigaciones, Marsh descubrió que, a finales de los años 90 del siglo XVI, Shakespeare era inquilino de la llamada compañía Leathersellers, que organizaba el comercio de la piel en los tiempos isabelinos, informa la cadena BBC.
Lo más probable es que su vivienda estuviera entre varias propiedades con vistas al cementerio de la iglesia de St. Helen.
Marsh, director del departamento de teatro del Museo Victoria & Alberto (V&A) de Londres, dijo que el lugar donde vivió el escritor permite conocer lo que le inspiró para elaborar sus obras.

martes, 11 de abril de 2017

Better Call Saul : "Uno" a

Carla Nicol Vargas berrios

Dios, es bueno estar de vuelta en Albuquerque.

Esa no era la forma en que planeaba comenzar esta revisión, pero después del primer episodio de Better Call Saul , la sensación me abruma. Albuquerque es más que un escenario, más que un recordatorio de los días de gloria de Breaking Bad . Es la musa de Vince Gilligan. La llanura, las curvas de los callejones sin salida, los centros comerciales, el cielo vacío que se avecina. Es un lugar donde la desesperación se encuentra bajo una delgada capa de xeriscaping. A través de los ojos de Gilligan, Albuquerque es menos un oasis que un salón de última oportunidad. Más allá está el páramo, los buitres, la guerra de cada hombre contra cada hombre.

Albuquerque es aún más bienvenido porque Gilligan y Peter Gould, los coautores de "Uno", nos hacen esperar. El episodio comienza con un avance rápido en blanco y negro a un Cinnabon en un centro comercial de Omaha (como se predijo en " Granite State " de BB"), Donde el hombre que conocemos como Saul Goodman usa una visera, reparte la masa y siente que su sangre se congela cuando un hombre sin rostro y sin cuello lo mira fijamente. Es una hermosa apertura, llena de detalles reveladores y bien observados (el lugar calvo de Saúl, los espaciadores solían colocar bollos en bandejas para hornear, la pequeña plataforma rodante de tres ruedas que se patea debajo del tazón gigante para moverla) y disparos fortuitos ( la vista gran angular desde el segundo nivel del centro comercial, el punto de vista de la escalera mecánica). Pero cuando el color comienza y el gran estado de Nuevo México sube al escenario, recuerdas que no fueron solo Walt y Jesse y Hank y los malditos minerales, Marie, los que hicieron Breaking Badtan fascinante También era la belleza funesta de sus pisadas, el lugar donde caminaban como ratas en un laberinto, tratando de encontrar la palanca que la hiciera habitable.

"Uno" tiene mucha historia de fondo para configurar, y a veces las costuras se muestran como Gilligan y Gould buscan la mejor manera de revelar y retener. Seguimos a Saul a principios de la década de 2000, conocido en esos días anteriores a la basura por su verdadero nombre, Jimmy McGill, ya que no logra ganar una absolución para sus clientes adolescentes imbéciles ("cerca de los estudiantes de Honor, todos") bajo la acusación de irrumpir en un funeraria, aserrando la cabeza de un cadáver y teniendo sexo con ella. ("¿Invasión? ¿Un poco de alcance, no crees, Dave?" Saul reprende al fiscal.) El trabajo mal defendido del defensor público lo está dejando tan lejos en un agujero financiero que regresa al tribunal para otra validación. estampar en su trozo de estacionamiento en lugar de gastar más de $ 3 a un Mike Ehrmantraut antipático (!). Sin embargo, de vuelta en su oficina, que funciona como la sala de calderas de un salón de manicura (“¡Agua de pepino solo para clientes! ") Rompe un cheque de $ 26,000 y se dirige a la empresa que lo envió, Hamlin Hamlin & McGill. Parece que están actuando como si Chuck McGill todavía está en la nómina, a pesar de alguna dolencia que lo ha obligado a tomar un permiso de ausencia, y Jimmy cree que es una estratagema para privar a su hermano (Michael McKean) de su parte legítima de la práctica. - $ 17 millones, según la estimación inicial aproximada de Jimmy.

El lugar de Chuck requiere que los visitantes dejen sus llaves y teléfono en el buzón y se pongan a tierra antes de entrar; Parece que sufre de hipersensibilidad electromagnética . Vive a la luz de la linterna, golpea las cartas a los investigadores finlandeses en una máquina de escribir manual, guarda los comestibles que Jimmy trae en una hielera llena de hielo y le reembolsa el Financial Times.con dinero en efectivo de una lata de café. Suavemente, desvía las súplicas de Jimmy de exigir una compra a sus socios, objetando que la empresa probablemente tendría que liquidar para recaudar tanto efectivo, dejando a más de cien personas sin trabajo. Además, mejorará y volverá a trabajar. Ah, y podría causar confusión que Jimmy esté usando el nombre McGill en el nombre y la publicidad de su práctica. “¿Qué tal la Ley de Vanguardia? ¿O Gibraltor? Chuck sugiere amablemente.


Está claro que ni la persecución de ambulancias de Jimmy (en la forma de solicitar personas cuyas conexiones con el crimen hacen el periódico) ni sus conexiones con Chuck McGill van a pagar sus facturas vencidas. No, va a tener que volver a sus días como Slippin 'Jimmy, el niño Cicerón que recaudaba dinero en efectivo al parlotear sobre parches de hielo cada invierno. Alista a dos patinadores cuyo incómodo intento de sacudida que había evitado antes, y persigue a Betsy Kettleman, la esposa del tesorero del condado, cuya ruta para recoger a sus hijos en la escuela se cruza con una esquina ciega, una cámara de video, osos callejeros y testigos convenientes en un café al aire libre. Luego, Slippin 'Jimmy McGill planea acercarse y ofrecer sus superficies legales al asaltante vehicular angustiado. Pero la camioneta ruge en lugar de detenerse, para consternación de los skaters, pero no de Jimmy, cuyos ojos se convierten en signos de dólar ante la perspectiva de defender un caso grave de atropello y fuga. Si solo el conductor no fuera una anciana hispana en lugar del suburbio propietario de un barco que Jimmy atacó, y si solo la demanda independiente de los inquilinos por "dinero justo" no los llevara a su casa, ¡donde minutos después Tuco (!! !) se encuentra con Jimmy en la puerta con una pistola.

Las maniobras y los volcados de información necesarios para llegar a esto, el punto de partida de esta serie, se manejan tan hábilmente como se podría esperar. Sí, la escena en el escondite sin electricidad de Chuck es tímida hasta el punto de la frustración, pero mira cuán bellamente Gilligan y Gould manejan la decisión de Jimmy de dejar de perseguir las ambulancias y comenzar a enviarlas él mismo. La escena en la que el tesorero se encuentra con Jimmy en el restaurante sobre la "discrepancia contable" de $ 1.6 millones, que culmina en el momento de cámara lenta donde su esposa le impide firmar el contrato, ilustra perfectamente la fragilidad de la práctica de Jimmy. Y está respaldado no solo por las repetidas referencias de Jimmy de peinar el periódico para clientes potenciales, sino también por el último momento en el que el tesorero y su esposa aparecen en Hamlin Hamlin & McGill.

"Uno" nos reencuentra con un personaje cuya aguja es tan resbaladiza y fangosa como el aceite de motor, y nos muestra que su paranoia y misantropía provienen de años de haber sido pateado. Está desesperado por ser el que patea para cambiar, y por suerte para nosotros, hay pocas cosas más divertidas y más patéticas que Bob Oedenkirk pateando a alguien o algo. (Solo en este episodio: patinadores y un basurero desafortunado). Dentro de la casa de Tuco, hay una veta rica pero peligrosa de potencial de efectivo sin explotar. Lo que vemos en "Uno" es que no tiene que inclinarse mucho más para recogerlo.

Observaciones perdidas:

La combinación entre los disparos de la parafernalia Cinnabon en el frío abierto, y los disparos posteriores a los títulos de la taza de refresco de 44 onzas del reportero de la corte y el garabato de unicornio del fiscal, establece de inmediato que estamos de vuelta en buenas manos en cuanto a estructura. La forma en que Gilligan observa este paisaje y sus habitantes —específico, sensato, irónico, pero absteniéndose de llevar al espectador a una posición de distancia crítica— siempre me recuerda a Alexander Payne.

Esa es "Dirección desconocida" por los Ink Spots que se reproducen en esa secuencia del centro comercial Omaha. Y ese es un pander de nuez de clase mundial en los relojes comerciales de Saul en video: “¿Te sientes condenado? ¿Han tratado de intimidarte los opositores a la libertad?

El asalto de Jimmy en la sala de conferencias Hamlin Hamlin & McGill se califica con el diálogo de la Red : “¡Te has entrometido con las fuerzas primarias de la naturaleza y no lo tendré! ¡Expiarás! Es un discurso pronunciado por el supercapitalista Arthur Jensen (Ned Beatty) para el presentador de noticias Howard Beale sobre la irrealidad de construcciones como las naciones, las ideologías y la justicia, y la primacía de las corporaciones. No creo que Jimmy tenga la ironía. (De hecho, perder el punto de las citas de películas famosas tiene la posibilidad de convertirse en una firma de JM McGill).

¿Qué debemos hacer con el abogado de Golden Boy Howard Hamlin (Patrick Fabian)? De alguna manera, dudo que su consejo a Jimmy ("Puedes quedar tan atrapado en la idea de ganar que te olvides de escuchar a tu corazón") es totalmente altruista.

Como aprendimos del Pontiac Aztek de Walt, el auto de mierda de un hombre dice mucho sobre él. En este caso, Jimmy Suzuki Esteem con la puerta que no coincide también dice mucho sobre los patinadores idiotas. "¡La única forma en que todo el auto vale $ 500 es si hay una prostituta de $ 300 sentada en él!"

El defecto fatal en el esquema de Jimmy, de hecho, es que los huéspedes son demasiado estúpidos para confiar como socios. "¿Cómo se enteró de nosotros?" preguntan cuando Jimmy aparece en el skatepark. "Lo sé, inquietante, ¿verdad?" él sin palabras.

"Estoy seguro de que Howard pagaría con gusto el costo de las nuevas cajas de fósforos y demás".

domingo, 9 de abril de 2017

Por qué las mujeres no podían actuar en Inglaterra en tiempos de Shakespeare? a

Un retrato de Margaret Hughes por Peter Lely

Una mujer -la Reina Isabel I- fue la persona más poderosa de Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVI; sin embargo, durante su reinado no permitió que las mujeres pudiesen actuar en el bullente teatro británico, dominado por el genio de William Shakespeare. La situación se puede ver recreada en la película «Shakespeare in love», que protagonizaron Gwyneth Paltrow y Joseph Fiennes, y que obtuvo el Oscar en 1998.

Pero ¿por qué no podían actuar las mujeres?

 El profesor de Literatura inglesa Antonio Andres Ballesteros Gonzalez, experto en el teatro inglés de la época, lo explica así:
«La presencia de las actrices estaba prohibida para salvaguardar el decoro; es por ello que los personajes femeninos eran interpretados por adolescentes aprendices que acababan de entrar a forma parte de la compañía y que todavía no habían cambiado de voz. No es por ello de extrañar la cantidad considerable de travestismo y cambios de sexo que se dan en estas obras».
La prohibición por ley de la presencia de las mujeres en los escenarios no era sino el reflejo del papel femenino en la sociedad isabelina. Tampoco se les permitía acudir a la Universidad -las nobles podían aprender idiomas y artes en clases privadas en sus hogares-, y su principal función era casarse, tener hijos y guardar obediencia a sus maridos. Por supuesto no podían entrar en política ni tampoco votar.
No tenían los cómicos de la época, desde luego, la consideración que hoy tienen los actores en Gran Bretaña, donde gozan de un gran respeto social y donde varios de ellos han alcanzado las categorías de «Sir» y «Dame». Eran poco más que vagabundos y mendigos -con el auge de los teatros la situación iría cambiando-, y las mujeres que rondaban las compañías teatrales eran consideradas prostitutas.
Con la muerte de Isabel I la situación empeoró en lugar de mejorar; la caída de la Monarquía en 1642 llevó consigo la prohibición del teatro, y hasta la Restauración en 1660 no volvió a permitirse.
Dos años después, Carlos II, un Monarca que amaba el teatro, decretó «que todas los papeles femeninos que fueran representados en cualquiera de estas dos compañías -las dirigidas William Davenant y Thomas Killigrew, a los que se había concedido licencia tras levantarse la prohibición-. en el futuro podrían ser interpretados por mujeres».

Un suplemento por verlas vestirse.

La incorporación de la mujer al teatro en Inglaterra fue lenta. Solo un puñado de ellas se atrevieron a sobreponerse a los prejuicios -se les seguía considerando prostitutas-. De hecho, había hombres ricos que pagaban un «suplemento» a la entrada al teatro que les confería el derecho a ver vestirse a las actrices.
El actor y poeta Thomas Jordan escribió, antes de una representación de «Otelo», de Shakespeare, en diciembre de 1660, una advertencia al público: el papel de Desdémona lo iba a interpretar una mujer verdadera.
«Vengo sin que lo sepa nadie / para contaros una noticia: vi a la dama vestirse. / Una mujer representa hoy en día, no me confundo. / Ningún hombre con vestido, o joven en enaguas. / Una mujer que yo sepa, sin embargo, yo no podría, / (si tuviera que morir) hacer una declaración jurada».
Entre aquellas pioneras del teatro británico se encuentran Margaret Hughes, Ann Marshall y su hermana Rebeca, Nell Gwyn o Moll Davis.

Hubo alguna excepción. En 1626, una compañía francesa ensayó una función en Blackfriars, uno de los teatros ingleses de mayor prestigio. En ella iban actrices, que fueron abucheadas, insultadas y expulsadas del escenario por un público indignado Treinta años más tarde, en Rutland House, un teatro privado, se ofreció una representación de «Siege of Rhodes»El asedio de Rodas»), de Davenant, con un reparto que incluía a una mujer, Mrs. Coleman, a quien se considera la primera actriz inglesa profesional.

En continente 

Al contrario que en Inglaterra, las mujeres sí podían actuar en España, Italia o Francia, a pesar de que la vigilancia de la moral era incluso más estricta en estos países. En nuestro país, el Consejo de Castilla autorizó la presencia de mujeres en los escenarios con una orden del 17 de noviembre de 1587:
 «A todas las personas que tienen compañías de representaciones no traigan en ellas para representar ningún personaje muger ninguna, so pena de zinco años de destierro del reyno y de cada 100.000 maravedis para la Camara e Su Majestad».

Las mujeres que quisieran actuar, naturalmente, tenían para hacerlo que cumplir varias condiciones: debían estar casadas y estar acompañadas por sus maridos, y además vestir siempre hábito en escena.
Varias actrices destacaron en nuestro Siglo de Oro: la más célebre, María Calderón, conocida como «la Calderona», y de la que se encaprichó el propio Rey Felipe IV. Otros nombres femeninos de nuestra escena son las que cita Cristóbal Suárez de Figueroa en su «Plaza universal de todas ciencias y artes»: 
«Ana de Velasco, Mariana Paez, Mariana Ortiz, Mariana Vaca, Geronima de Salzedo difuntas. De las que oy viuen, Iuana de Villalua, Mariflores, Micaela de Luxan, Ana Muñoz, Iusepa Vaca, Geronima de Burgos, Polonia Perez, Maria de los Angeles, Maria de Morales, sin otras q[ue] por breuedad no pongo»

jueves, 6 de abril de 2017

Elementos básicos del teatro.-a


El teatro como se ha podido observar, constituye un todo orgánico del que sus diferentes elementos forman una parte indisoluble. Esos elementos, no obstante, poseen cada uno características y leyes propias y, en función de la época, de la personalidad del director o de otras circunstancias, es habitual que se conceda a unos u otros mayor relevancia dentro del conjunto. Estos elementos son:

Texto

Las obras dramáticas se escriben en diálogos y en primera persona, en el que existe las acciones que van entre paréntesis, (llamado lenguaje de acotaciones).

En la tradición occidental, el texto, la obra dramática, se ha considerado siempre la pieza esencial del teatro, llamado "el arte de la palabra". Dado que, de forma más matizada, esta orientación predomina también en las culturas orientales, cabe cuando menos admitir como justificada tal primacía. A este respecto deben hacerse, no obstante, dos consideraciones: en primer lugar, el texto no agota el hecho teatral, pues una obra dramática no es teatro hasta que se representa, lo que implica como mínimo el elemento de la actuación; en segundo lugar, son numerosas las formas dramáticas arcaicas y los espectáculos modernos que prescinden por completo de la palabra o la subordinan a elementos cual la mímica, la expresión corporal, la danza, la música, el despliegue escénico.

El hecho de que la obra sólo adquiera plena vigencia en la representación determina además el carácter distintivo de la escritura dramática respecto a otros géneros literarios. La mayoría de los grandes dramaturgos de todos los tiempos, desde los clásicos griegos al inglés William Shakespeare, el francés Molière, el español Pedro Calderón de la Barca o el alemán Bertolt Brecht, basaron sus creaciones en un conocimiento directo y profundo de los recursos escénicos e interpretativos y en una sabia utilización de sus posibilidades.

Dirección

La personalidad del director como artista creativo se consolidó a fines del siglo XIX, aunque su figura ya existía como coordinador de los elementos teatrales, desde la escenografía a la interpretación. A él corresponde convertir el texto, si existe, en teatro, con los procedimientos y objetivos que se precisen. Poderosos ejemplos de dicha tarea fueron los alemanes Bertolt Brecht y Erwin Piscator, dedicando su energía a conseguir del espectador su máxima capacidad de reflexión, o el ascetismo del polaco Jerzy Grotowski.

Actuación

Las técnicas de actuación han variado enormemente a lo largo de la historia y no siempre de manera uniforme. En el teatro occidental clásico, por ejemplo los grandes actores, los "monstruos sagrados", tendían a enfatizar las emociones con objeto de destacar el contenido de la obra, en la comedia del arte el intérprete dejaba rienda suelta a su instinto; los actores japoneses del Nō y kabuki, hacen patentes determinados estados de ánimo por medio de gestos simbólicos, bien de gran sutileza o deliberadamente exagerados.

En el teatro moderno se ha impuesto por lo general la orientación naturalista, en que el actor por medio de adquisición de técnicas corporales y psicológicas y del estudio de sí mismo y del personaje, procura recrear en escena la personalidad de éste. Tal opción, evolucionada en sus rasgos fundamentales a partir de las enseñanzas del ruso Konstantín Stanislavski y muy extendida en el ámbito cinematográfico, no es desde luego la única y en último extremo la elección de un estilo interpretativo depende de características del espectáculo y de las indicaciones del director.

Sin embargo, actualmente, a inicios del siglo XXI, la actuación teatral con tendencia naturalista está siendo replanteada seriamente. La teatralidad contemporánea requiere una crítica del naturalismo como simple reproducción del comportamiento humano, pero sin lazos con su entorno. Actualmente ha habido grandes transformaciones del trabajo de Stanislavski siendo las más importantes Antonin Artaud, Jerzy Grotowsky Étienne Decroux y Eugenio Barba. Estas técnicas, llamadas actualmente extra cotidianas implican una compleja síntesis de los signos escénicos.

Otros elementos

De forma estricta, se entiende por decorado al ambiente en que se desarrolla una representación dramática, y por escenografía, al arte de crear los decorados. Hoy en día, tiende a introducirse en el concepto de "aparato escenográfico" a todos los elementos que permiten la creación de ese ambiente, entre los que cabría destacar fundamentalmente a la maquinaria o tramoya y la iluminación.

A lo largo del tiempo y en diferentes momentos de la historia del teatro, la escenografía ha sufrido importantes transformaciones. Antes de que el teatro existiera como lo conocemos ahora las representaciones se realizaban con un sentido ritual y en ellas ya se utilizaban los decorados para dar más realce, misterio, ambientación e imagen escénica y espectacularidad a los actos rituales.

En el teatro griego se utilizaban los periactos que eran unos apuntadores de base triangular, tenían estos unas mamparas o paneles prismáticos, en cuyos planos o caras se dibujaban, distintos decorados, de acuerdo a los requerimientos de la escena que se estaba representando.

En la antigüedad, la escenografía se hallaba condicionada a limitaciones técnicas y arquitectónicas, circunstancia que se mantuvo durante toda la Edad Media. Fue ya a fines del Renacimiento y, sobre todo, durante los siglos XVII y XVIII, cuando la escenografía comenzó a adquirir realce, gracias al perfeccionamiento de la perspectiva pictórica, que permitió dotar de mayor apariencia de profundidad al decorado, y posteriormente al desarrollo de la maquinaria teatral. En el siglo XIX, con la introducción del drama realista, el decorado se convirtió en el elemento básico de la representación. El descubrimiento de la luz eléctrica, en fin, dio pie al auge de la iluminación. Las candilejas, que en principio eran un elemento accesorio, se consideran poéticamente un símbolo del arte teatral.

Estrechamente vinculado con la concepción escénica, se ha hallado siempre el vestuario. En el teatro griego, la tosquedad de los decorados se compensaba por medio de máscaras —trágicas o cómicas— y las túnicas estilizadas de los actores, cuyo objeto era de resaltar el carácter arquetípico de los personajes. Durante el Barroco y el Neoclasicismo adquirieron importancia el maquillaje y el vestuario, si bien éste se empleó a menudo de forma anacrónica —se representaba por ejemplo una obra ambientada en Roma con ropajes franceses del siglo XVII hasta la aparición del realismo. En la actualidad, la elección del vestuario no es sino un elemento más dentro de la concepción general del montaje.

El narrador de parábolas hace bien en mostrar abiertamente al espectador todo lo que necesita para su parábola, esos elementos cuya ayuda pretende mostrar el curso ineluctable de su acción. El constructor escénico de la parábola muestra pues abiertamente los focos, los instrumentos de música, las máscaras, las paredes y las puertas, las escaleras, sillas y mesas, con cuya ayuda ha de construirse la parábola.

La serie de televisión Breaking Bad.-a

Introducción  Breaking Bad es una serie de televisión dramática estadounidense creada y producida por Vince Gilligan. Breaking Bad...