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El teatro.
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viernes, 8 de noviembre de 2019

Trabajo de Guionista.-a



El guionista es una de aquellas figuras pocas veces valoradas, pero de gran importancia para los medios audiovisuales. Si no que se lo digan a los norteamericanos que todavía tienen a sus guionistas en huelga. ¡Esto va por ti, señor guionista!
Es evidente que el guionista es el que hace guiones. Pero los guiones no sólo son necesarios en las películas, sino que también se necesitan en las producciones televisivas o radiofónicas.
Hoy en día, parece ser que faltan ideas, se precisan guiones creativos, por ello cada vez más se realizan adaptaciones de guiones ya existentes o de obras literarias. De ahí que muchos escritores se hayan convertido en guionistas de sus propias obras.

Funciones

El trabajo del guionista es claro, hacer el guión. Pero lo que no está tan claro es lo que ello significa, ya que o bien a partir de una idea propia o de la adaptación de una obra teatral o novela debe dar forma a una trama que tenga sentido, ya sea para cine, televisión o radio. También debe tener en cuenta que cada uno de estos soportes tiene sus limitaciones.

Además, como profesional, el guionista debe saber vender sus ideas, estar seguro de ellas y cumplir con las fechas de entrega.

Normalmente, los guionistas trabajan ya bien sea en casa, dando forma a su idea inicial, en los estudios de producción, desarrollando toda la trama por completo, o en el mismo set de rodaje, pues siempre pueden darse imprevistos y ser necesario remodelar el escrito. Además, generalmente los contratos suelen ser por obra, es decir, duran el mismo tiempo que el programa mientras se mantiene en fase de producción.

En cuanto a las series para la televisión, lo más usual es que una productora o la misma cadena le encargue la tarea de confeccionar un capítulo, ofreciéndole unos datos básicos sobre la trama, y si la idea gusta se le pide que desarrolle 12 capítulos más.

Asimismo, en algunos géneros concretos, como la telenovela, es necesario dividir el trabajo porque hay que ir creando con mucha rapidez. Aparecen tres tipos de guionista: argumentista, escaletista y dialoguista, según la fase de la creación de la historia en la que trabaje. Estos suelen estar coordinados por una o varias personas que finalmente van a responsabilizarse del producto final (coordinador de guiones).

Empleo

La situación del mercado laboral para los guionistas es favorable si tenemos en cuenta que los ámbitos profesionales son muy diversos.

La televisión ofrece muchas más posibilidades para los guionistas noveles, pues son muchos los géneros con los que cuenta, como teleseries, comedias, telenovelas, concursos, programas de entretenimiento, documentales o vídeos industriales.

El cine es uno de los campos más complicados, las productoras reciben miles de guiones cada día de gente que se cree un genio.

¿Se subestima al guionista? ¿Se prescinde de él, de su talento, de su conocimiento? ¿Puede cualquiera ser guionista? ¿Se le da la importancia que merece dentro de lo que significa hacer una película? ¿Cómo se aprende a ser un buen guionista?

Cuando se escribe un libro, la cosa es sencilla. Y es sencilla porque un libro, en la casi mayoría absoluta de los casos, lo escribe una sola persona. El escritor se enfrenta a sus propios demonios y egos, y en su trance de escribir, pues se olvida de los otros, del mundo. Se trata de una batalla única. Imagino que esta es una de las razones por la que Arriaga se ha definido en varias entrevistas como escritor y no como guionista. Pero incluso Arriaga, con esa declaración, no hace sino echar mano a un tecnicismo: cuando el guionista se sienta a escribir un guión, lo hace igualmente solo, aislado con su creatividad. Es escritor y es guionista, los dos al mismo tiempo. Pero solo. Unido o separados, está o están solos. Libro o guión. Uno u otro. Se trata del escritor contra el escritor mismo. Las diferencias en el caso del guión vienen después de ese acto creativo esencial. Vienen con la gente. Con la orquesta. Con la industria. Con los egos. Con las ideas de otros. Sí, escribir un libro es sencillo.

Una novela, por nombrar un género cualquiera, respeta a su escritor. Le alaba, no puede subestimarlo. No puede prescindir de él. Es él el que sabe, el único que sabe. Se trata del creador. Sin él no existiría. En el cine, por el contrario, se subestima al escritor, al guionista, al dialoguista. Incluso se prescinde de él. Es el primero al que se saca de la lista. ¿Para qué pagar a un guionista si podemos escribirlo nosotros mismos? Y es que, por alguna razón que todavía no descubro, la mayoría en el mundo cinematográfico se cree capaz de escribir un guión. Uno bueno. No escribirían un libro, pero si escriben un guión. Generalmente malo. Es verdad que todos tenemos ideas y conocemos historias. Las historias son, simplificando, las que nos definen. En esto coincidimos. Pero abramos los ojos de una buena vez: no todos somos capaces de contarlas bien. De recrearlas en nuestra cabeza, de darles articulación, vida, de hacerlas interesantes, genuinas, únicas. Todas las historias están contadas. Es el guionista, el buen escritor, quien las hace diferentes. Es él el que le insufla vida al muñeco de madera hasta convertirlo en niño. Sin costuras, sin bisagras, sin hilos. No cualquiera puede ser escritor. No cualquiera puede ser guionista. El problema es que cualquiera puede intentarlo. Y bueno, queda lo otro: de un buen guión puede salir cualquier cosa. De uno malo, una mala película.

Deben existir personas talentosas que pueden manejarse a sus anchas en cualquier actividad cinematográfica. Deben haber unos elegidos de Dios que lo hacen todo bien. Pero intuyo que son la excepción. No conozco a muchos que sean buenos escritores, buenos editores, buenos sonidistas y buenos fotógrafos, todo en uno. Así que a menos que se trate de uno de esos hombres orquesta, más admirados por su habilidad de coordinación que por la calidad de los resultados, es mejor que en un proyecto grupal alguien se dedique a tocar los violines mientras el otro el contrabajo. A lo que voy: un guionista desconoce muchas cosas técnicas. No le dice al sonidista cómo hacer su trabajo. No entra a realizar los presupuestos del productor. No cambia el ensamble del editor. No porque no pueda en ciertos casos. Sino porque intuye que hay otros con la facultad, el estudio y las ganas de hacerlo mejor. ¿Por qué entonces cualquiera le dice al guionista qué hacer y cómo hacerlo? Zapatero a su zapato.

La cuestión de los méritos. Quizá menos importante, pero digno de tocar. Más allá de que se trate de un buen o un mal libro, si la obra gusta, pues el escritor se llevará los créditos. Fulano ha escrito un buen libro. Si por el contrario, el libro no gusta, éste obtendrá descréditos, unos que quizás le encasillen en esa paila del infierno, subjetiva y cruel, donde se cocinan los malos escritores. En el cine, si el trabajo del guionista fue bueno, éste lo comparte. No hay cabida práctica para el egoísmo. Su trabajo es el alma de la película, pero lo comparte. En el mejor de los casos. Porque en la mayoría todo se lo lleva el director. Por el contrario, si el trabajo es malo, se trata de un mal guionista. Y ya. La película no sirve, no se entiende la historia. Está todo jodido. ¿Hace falta decir más?

Para finalizar, opino que no todos nacemos para ser escritores. Para contar. Así como hay gente buena en matemáticas y otras no, hay gente que puede escribir y lo desarrolla, hay otras que pueden y no saben cómo desarrollarlo y un último grupo que no puede. El último grupo no debería escribir. El primero debería ser imprescindible. El segundo debería tener herramientas, recursos, educación. Y no hablo de cursos preestablecidos, de fórmulas, de esquemas hágalo usted mismo. Hablo de enseñarle escribir de adentro hacia fuera. Enseñarle a conectar con el interior. Enseñarle a que hay muchas maneras de contar la misma historia. Se necesitan cursos que estimulen al guionista. Se necesita valorarlo. Respetarlo. Pues más que un oficio es algo con lo que se nace, un ideal, una semilla. A veces, una maldición. Una de la que se benefician muchos. Muchos.

El guión adaptado o adaptación cinematográfica

Es la adecuación de una historia a los requerimientos específicos de la narración cinematográfica. Comúnmente suele denominarse de este modo la transposición a guión cinematográfico de cuentos, novelas u obras teatrales.

La novela y el guión de cine

La novela ha sido y sigue siendo, una frecuente fuente de inspiración para el cine. Cientos de obras conocidas se han llevado a la pantalla. Desde los cuentos infantiles como «Blancanieves y los siete enanitos», hasta novelas como «El Quijote», «Oliver Twist», «La Colmena», y muchas más. Casi todos los personajes populares de la literatura han pasado a las imágenes.
Los principales problemas para convertir una novela en guión de cine son la extensión y la complejidad psicológica de los personajes y de las situaciones. Para trasladar sin distorsionar, o para llevar al cine con dignidad, una novela larga como «Los Hermanos Karamazov» serían necesarias muchas horas de película. Para evitar ese problema, un buen guionista debe seleccionar la acción principal de la novela y procurar contarla en no mucho más de cien páginas. Esa es la medida aproximada de una película que dura hora y media. La novela antes citada se ha llevado al cine en varias ocasiones y nunca se ha podido entrar con profundidad en sus personajes.
En cuanto a la extensión, la dificultad mayor es el tiempo y el metraje de la película. «El nombre de la rosa», de Humberto Eco, es una magnífica novela. Convertida en película se convierte en un thriller desacafeinado, escaso de contenido. No todas las películas se han de adaptar de la misma manera. Al ver la película El nombre de la rosa (1986) de Annaud, una digna película por otra parte, se aprecian elementos en todo el film, sobre todo al final en las secuencias de la biblioteca-laberinto, que están en la novela pero que no encajan en la película, lo que hace entrever que llegaron a filmarse pero no se montaron de forma coherente o se descartaron en la sala de montaje, como tantas veces en la historia del cine posiblemente para reducir el metraje. Este problema queda atenuado cuando las películas se hacen directamente para la televisión en forma de series de varios capítulos. Entonces admiten mayor extensión argumental.
También existe la dificultad de fotografiar los sentimientos y pensamientos íntimos o poéticos que se describen en las novelas. En ocasiones hay directores que consiguen traducir en imágenes esos sentimientos, pero lo cierto es que son más adecuadas para llevar al cine las novelas en las que predominan las aventuras, las situaciones cómicas y las claramente dramáticas o sentimentales.

Teatro y guión de cine

En los primeros tiempos del cine se hicieron muchas películas basadas en obras de teatro. Los productores, antes de arriesgarse a buscar argumentos originales, consideraban más seguro proyectar en pantalla escenas de actores y actrices de teatro famosos representando obras dramáticas. Así, por ejemplo, se hicieron cortas películas interpretadas por la gran actriz dramática Sarah Bernhardt.
El teatro llevado al cine se ha realizado de muchas formas, desde la adaptación libre de teatro al cine, como algunas adaptaciones de Shakespeare, Campanadas a media noche (1965) de Orson Welles, que se inspira en varias obras respetando personajes y ambientes, o totalmente libres como West Syde Stori (1961), de Jerome Robbins y Robert Wise que utiliza la idea de Shakespeare «Romeo y Julieta» con total libertad ambientándola en lugares y situaciones de un barrio de Nueva York, hasta versiones que reproducen en su totalidad el texto literario, incluso respetando el verso, como El perro del hortelano (1995) de Pilar Miró, según la obra de teatro de Lope de Vega.

Biografía-Biopic

Un buen número de películas reproducen historias de personajes conocidos o interesantes de dar a conocer. Una vida llevada al cine se denomina Biografía o Biopic. Es una línea argumental muy adecuada para realizar películas históricas, musicales, científicas o cómicas. Personajes históricos de los que su historia ha sido llevada innumerables veces al cine, como Napoleón, Colón, Juana de Arco, rivalizan con músicos, Mozart, Bethooven, o con escritores... viajeros, aventureros, Lawrence de Arabia, o científicos como Madame Curie y tantos otros.

Algunas de estas películas son de indudable valor cinematográfico y en algunos casos, por su importancia documental, histórica, ejemplificadora o científica, debieran ser llevadas a las aulas.

VENDER UN GUIÓN

-Vender un guión de cine en España es prácticamente imposible. El 90% de los directores (o más) dirigen sus propios guiones o trabajan con guionistas a partir de conceptos propios (eso incluye también que decidan adaptar un libro, por Ej.) Visto así, es obvio que el hueco que nos queda a los guionistas que no dirigimos es muy, muy pequeño. Por tanto, el problema no es que estés haciendo algo mal o que seas un “pésimo guionista” (¡será que no se ruedan malos guiones!). Lo que quieres hacer es casi tan complicado como tratar de ganar la lotería. Piénsalo… ¿cuántos guionistas hay en activo en España? ¿3.000? ¿Cuántos de ellos estarán moviendo guiones de largometraje? ¿1.500? ¿Cuántas películas se estrenan al año escritas por guionistas que no dirigen?

Los números están en nuestra contra.

Visto así, me parece claro que lo más inteligente que puede hacer un guionista es arrimarse a un director y hacer equipo con él. Y no me refiero a tratar de venderle un guión a… yo qué sé… Daniel Monzón o a cualquier otro director consolidado (estos suelen tener ya sus guionistas de confianza o trabajan por encargo), sino a unir esfuerzos con algún director primerizo o algún cortometrajista cuyo trabajo te interese y con el que puedas contactar fácilmente. Es la manera más fácil de ir por delante de muchos de tus competidores. Parece mentira, pero conozco varios casos de productores que después de intentar encontrar durante años un director de encargo para un guión, decidieron tirar la toalla porque en este país de “directores autores” nadie estaba dispuesto a hacerse cargo de él.

También, obviamente, puedes pasar a ser otro guionista/director. Y entonces, sí, todo dependerá de que algún productor se fije en tu trabajo y crea que puedes convertirte en el nuevo Amenábar.

CUÁNTO CUESTA UN GUIÓN?

Un guión de cine cuesta muchas horas de tu vida frente al ordenador, muchas llamadas a tu fisioterapeuta para que te arregle ese desastre de espalda, muchas reescrituras, muchas fiestas a las que decir no, muchos fines de semana de clausura voluntaria, muchas discusiones con tu pareja, más discusiones aún con tu productor (si lo tienes) y muchas frustraciones (si no lo tienes). En el mejor de los casos, un guión que se llega a rodar te cuesta un par de años de tu vida.

En el II Encuentro de Guionistas, como en cualquier evento similar, la mayor demanda de muchos de los asistentes era “Vale, pero ¿cuánto se cobra?”.
Han de saber que no existen unas tarifas fijas. Cada cual puede cobrar lo que le venga en gana. Sobrevuela la idea de que 36.000 euros es una tarifa mínima bastante recomendable… Una cifra de referencia sobre la que empezar a negociar.
Al no existir tarifas predeterminadas, nuestros queridos amigos los productores se aprovechan del desconocimiento de los que comienzan. El mayor error que suelen cometer los guionistas principiantes es creer que su guión vale lo mismo que ellos. ¿Qué le importa a un productor si tú has escrito cien guiones o ninguno? Ellos sólo compran uno. Compran ESE guión que les ha convencido tanto como para apostar por él. Si han sabido ver un potencial en esa historia y en ese desarrollo están reconociendo un talento implícito en el guionista. La obra ya está escrita. Ya tiene un valor por sí mismo… Evidentemente, una vez vendido el primero y con una carrera relativamente consolidada entramos en el tambaleante y maravilloso mundo de los cachés.
Si tienes varias películas y cierto nombre puedes incluso llegar a los 60.000 euros. Si tienes un Goya y una reputación (merecida o no) pedir 200.000 euros para una gran producción no es una locura. Sólo conozco a un guionista que lo ha conseguido, pero ha pasado… en dos ocasiones (como mínimo).

SINTESIS:

Para vender un guion, no basta escribir bien. ¡Hay que moverlo! Y moverlo significa presentarlo a productoras. Objetivo: que lo conozcan. Porque si no lo conocen, dudosamente puede trascender el ámbito de lo escrito, por mucho potencial que pueda tener.


AUTOR: CYNTIAMILLI SANTILLAN

Un mundo de superhéroes viejos e hijos que no están a la altura.

"El legado de Júpiter", estreno de Netflix basado en el comic de Mark Millar
El guionista fue el creador de Kick-ass y la pluma detrás de la saga comiquera Civil War, que se adaptó a la pantalla como Captain America: Civil War.

El legado de Júpiter es la primera producción surgida de la productora Millarworld.

“Nada es tan intenso como dos hermanos, excepto quizá la relación de uno con los hijos”, reflexiona Mark Millar cuando se le consulta por El legado de Jupiter (Jupiter’s Legacy), la serie que se estrena en Netflix hoy (viernes 7) y que está basada en la serie de cómics que el guionista realizó junto al dibujante Frank Quitely (ambos con créditos de productor en la adaptación audiovisual). La serie, tanto en el papel como en la pantalla, presenta un mundo en que los superhéroes de la Tierra ya son bastante veteranos y deben pasar el manto a sus hijos, un grupo de muchachos que o no están a la altura de las circunstancias o no les interesa estarlo. Y enfrente tienen, además, un entorno cada vez más hostil, más letal, y una población que les reclama mano dura contra criminales de cualquier índole.

Utopian (Josh Duhamel) y Lady Liberty (Leslie Bibb, ver entrevista abajo) tratan de mantener el barco –y sobre todo, sus valores- a flote ante el mundo que cambió más allá de lo que sus poderes le permiten manejar. En el medio afloran las internas con el resto del grupo original de superhéroes, el hermano de Utopian en especial, y con la generación que le sigue. Un hijo al que no le da el cuero para emular a su padre, una hija que prefiere ser modelo publicitaria y meterse cuanta sustancia sintética le quepa entre pecho y espalda (algo que sucede en casi todos los capítulos, además), y una legión de advenedizos más acostumbrados al vip de los boliches que a cruzar golpes con supervillanos.

Jupiter’s Legacy es la primera producción surgida de la productora Millarworld, que adquirió Netflix en 2017. Así como Disney en su momento compró Marvel pensando en todas sus franquicias, o ya Warner Bros. era propietaria de DC, Netflix se aseguró una usina productora bastante probada: Mark Millar fue, además, el creador de Kick-ass y la pluma detrás de la saga comiquera Civil War, que se adaptó a la pantalla como Captain America: Civil War. También es el responsable detrás de Kingsman y Wanted. En suma, un tipo que sabe adaptar su ritmo narrativo a la pantalla. En Jupiter’s Legacy, las influencias de referentes del género como Superman o la Mujer Maravilla –e incluso de sagas como Kingdom Come- saltan a la vista, aunque el enfoque está más cerca del drama familiar que de la típica épica contra el villano de turno.

Aún más, que los protagonistas de la historia sean héroes veteranos es algo que empieza a verse con más frecuencia. Del lado de DC Comics, por ejemplo, Black Lightning también presentaba a un padre de familia que volvía a ponerse la máscara mientras su hija manifestaba poderes. Y en la más reciente –que en la Argentina aún no tiene fecha de estreno- Superman & Lois, el alter ego de Clark Kent está más preocupado por levantar una hipoteca, el desempleo y descifrar el comportamiento de sus hijos adolescentes que por detener el siguiente apocalipsis. “Es muy interesante que cuando la gente empieza a producir estos shows no está al tanto de esas tendencias”, señala el guionista en un mano a mano con Página/12. “Mirá, diez años atrás nadie hubiera previsto la onda Kick-ass, donde hay un pibe que siente que le falta un poco y que no alcanza su potencial, y le aparece su chance. Después apareció Zombieland, que es una especie de coming of age, y supongo que ahora las familias resultan más interesantes”, reflexiona con su marcado acento escocés. “Legacy es sobre la familia, sobre padres e hijos, y es casi shakepereano, porque la familia te ofrece mucho drama: si alguien pierde a un amigo, es triste; pero perder a tus padres o a un hijo es devastador. Así que para lo dramático, funciona, por eso hay series como Sucession que muestran los intríngulis de una familia”.

Millar tampoco oculta su interés en hablar de política en las páginas de su relato. Si en Civil War planteaba una alegoría del conflicto entre “halcones” y “palomas” en la política interior y exterior de Estados Unidos, El Legado de Jupiter refleja un cambio de era. “Hace un tiempo nadie hubiera imaginado que el Imperio Británico se iría, pero en unas décadas ya no le importaba a nadie”, recuerda el escocés. "Y ahora tenés la sensación de que Estados Unidos empieza a atravesar eso: está en un lugar extraño y yo quería hablar de eso”, plantea. Además de la decadencia norteamericana, Millar reconoce que también quería rescatar algunos puntos positivos que observa de la historia estadounidense. “Muchos de ellos siguen ahí -advierte-. Por otro lado, para mí Estados Unidos siempre fue el lugar más glamoroso que podía imaginar. Al crecer en Escocia, para mí era el lugar donde vivía Batman, así que a los 32 me mudé para allá para trabajar en Marvel y DC. Por eso también me resultaba movilizante situar el relato ahí”.


Mark Millar.

-Sus historietas parecen con una narrativa ya lista para proponer para una serie o una película. ¿Es una cuestión de estilo narrativo suyo?

-Es por muchas cosas. Cuando trabajaba para Marvel hice los Ultimates, que luego usaron para mucho de su universo cinematográfico. Y si parece una película, debe ser porque pienso de modo muy cinemático. Pero ahora me pasa lo opuesto: estamos trabajando en una serie o una película y pregunto a los otros productores “¿puedo hacer un cómic con esto?” Llevo trabajando años para Netflix y me sale así. Quizá cuando creo algo lo pienso como franquicia; que si es para tv, puedo hacerlo cómic y al revés. También creo que escribo con una estructura lineal muy clara que se adapta bien a una película de dos horas.

-¿Cuánto de Batman y Superman hay en el Utopian?

-Bueno, Superman es mi superhéroe favorito y Batman el segundo. Pero Superman tiene esto de cargar el peso del mundo sobre sus hombros, como Utopian. Además, el personaje tiene casi 100 años y es como si hubiera atravesado la Gran depresión, la segunda Guerra, y siempre dando ánimos al país, porque de eso trata el personaje. Quería un personaje que fuese sobre eso: antes la gente inventaba relatos mitológicos para darse ánimo e inspirarse; cuando EE.UU. está peleándola, los superhéroes los ayudan a darse ánimo.

-¿Qué aporta El legado de Júpiter al género de superhéroes?

-Habla sobre la cultura de la celebridad, algo que detesto. Esa gente que es famosa por hacer nada... En ese sentido, el Superman que es Utopian es increíble en su propio modo, pero tiene un hijo que no podrá ser nunca tan bueno como él, y una hija que sí, pero está muy ocupada siendo modelo. Y es un superhéroe que no puede volver la cosa atrás.

-¿Por qué detesta tanto la cultura de las celebrities?

-Porque no dejan de bombardearnos con ella. No podés prender la tele sin ver la cara de todas estas personas que ni me interesa quiénes son. Podríamos ver gente que dedica su vida a algo valioso, que hace cosas importantes. Y los vemos a estos. En la historia vemos a chicos que quieren ser superhéroes para ser cool, conocidos, y no por hacer el bien. ¿De qué sirve esto? La historia es un poco sobre la hija dándose cuenta de para qué sirve el servicio público, ser humilde en favor de los demás. Algo que sus padres ya saben. Creo que hay un mensaje ahí.

-Hay una reflexión sobre el rol de la gente con poderes en la sociedad, algo que ya tocaba en Civil War. ¿Por qué vuelve a este tema?

-Me gusta la pregunta porque la ética de los superpoderes es fascinante. ¿Sos todopoderoso y dejás que la gente muera de hambre? ¿Sabés que están torturando a alguien en una cárcel al otro lado del mundo y no hacés nada? Alguien con súper oído, súper fuerza, que vuela, ¡puede detenerlo! Eso es más importante que un ladrón de bancos. Pero, al mismo tiempo, hay un buen argumento ético del otro lado. Un superhéroe puede decir “no debo intervenir en todo porque si empiezo a decidir por todo lo que sucede en el mundo, se acaba el libre albedrío”. Eso es increíblemente peligroso; es fascista, incluso. Y ese balance, esa tensión que no se puede resolver, me gusta.

Leslie Bibb interpreta a Lady Liberty



Una supermujer agotada

“Rara vez en una serie te muestran el comienzo y el final de la historia: eso fue lo que me capturó del guión de El legado de Jupiter”, cuenta Leslie Bibb, quien interpreta a Grace/Lady Liberty, esposa y compañera de armas de Utopian, pero también la mujer que intenta por todos los medios mantener a su familia unida –sin mucho éxito, dicho sea de paso-. “En la serie ves una línea temporal que transcurre durante la Gran Depresión en, en la que se cuenta cómo ellos consiguen sus poderes, y la línea actual, el final, en la que ya tienen casi un siglo”, plantea la actriz desde Los Angeles, desde donde dialoga con Página/12.

No es una serie de ‘derrotemos al malo de turno’ sino un relato donde ves qué moviliza a los personajes, cómo se portan”, adelanta. Aunque hay piñas y vuelan rayos (y ella reparte lo suyo enfundada en un traje blanco y azul), no se trata estrictamente de una serie sobre derrotar a un villano. Incluso se podría argumentar que es una serie sin villano aparente. “¿Viste? Creo que si le preguntaras a los hijos de Utopian y Lady Liberty, te dirían que quizás ellos son los malos”.

Bibb no tiene ningún problema en reconocer que, hasta esta serie, los superhéroes no le movían un pelo. “La verdad es que no me identificaba con ellos, por eso cuando me preguntan en qué héroe basé a Grace, la verdad es que no lo hice; mi inspiración para componer el personaje vino de otro lado”, señala. “A la Grace joven la basé en una mezcla de Amelia Eartheart e Indiana Jones en Cazadores del arca perdida”, confiesa. “Era una leona ya entonces, así que tener poderes es la frutilla del postre”, observa.

Pero, por otro lado, en alguna entrevista Bibb señaló que parte del personaje estaba basado en su madre. “Dije eso, sí, pero no fue exactamente así”, comienza. “Mi madre murió en octubre de 2018 y eso me agarró entre un trabajo y otro, luego comencé a entrenar para esta serie y nunca tuve tiempo de sentarme a absorber el golpe, así que estaba dando una entrevista y me surgió decir eso”, cuenta. “La verdad es que una de las cosas que me encantan de mi personaje, sobre todo la Grace de los años '20, es que me recordaba a mi madre, quien dirigió una campaña política, era brillante, divertida, buscaba la verdad... Y cuando mi padre falleció, cuando yo era muy joven, tuvo que criar a tres hijas. ¡Era tan fuerte! Seguía siempre adelante, no aceptaba un ‘no’ por respuesta, pero a medida que envejeció se volvió más miedosa. Hacia el final de su vida yo pensaba ‘no quiero terminar así, con miedo’".

Creo que en el arco emocional y argumental de Grace vemos eso: todavía tiene el poder de su juventud, pero está más grande; le pasó la vida, y en el camino tomó algunas decisiones de las que quizás ni fue consciente- continúa la actriz-. Pero en cierto punto piensa: '¿quién soy?' En eso reconocí el camino de mi madre. Pero, honestamente, ni me di cuenta en el momento; recién después, meditando sobre el asunto, descubrí qué me había pasado con el personaje”.

“La Grace centenaria es una mujer rota, en cierto punto, pero todavía es curiosa, todavía hace las preguntas correctas, y es la argamasa que une a su familia: se mantiene cerca de los jóvenes y trata de conectar a Utopian con su hermano, con sus hijos, pero está agotada”, describe la actriz. No es una sensación que escape a la experiencia de decenas de miles de mujeres, saturadas por las exigencias de la vida diaria. “Ella está agotada y en su personaje ves a alguien que con el tiempo se dio cuenta de que no puede tenerlo todo: no puede ser una gran madre, una gran esposa, ser genial en su trabajo, una gran persona y encima tener tiempo para sus hobbies. Es mentira que podemos hacer todo... ¡y encima preparar la cena! A las mujeres nos dicen ‘podés tenerlo todo’ y lo cierto es que tenés que aceptar que algo no va a salir todo bien. Aún así, lo que me gusta de ella es que cuando nadie más en todo el mundo le discute nada a su marido, ella lo enfrenta y le dice que no está de acuerdo, y puede recordar la jovencita intensa que fue”.

lunes, 3 de junio de 2019

¿Por qué ‘Juego de tronos’ ha afectado a sus actores? Una psicóloga nos lo explica.-a


'Juego de tronos' ha acabado y se ha posicionado como una de las mejores series de la historia: con el mayor número de premios y seguimiento internacional, además de lograr una experiencia única convirtiéndose en una de las ficciones que más ha hecho disfrutar a los espectadores.
Pero algo muy diferente ocurre con la realidad de sus protagonsitas: Emilia Clarke (Daenerys Targaryen), Kit Harington (Jon Snow), Sophie Turner (Sansa Stark) y Maisie Williams (Arya Stark) han confesado que durante su participación en la serie han sufrido graves problemas mentales causados por esa misma fama y exposición mediática constante.
Ansiedad, alcoholismo, depresión, baja autoestima y hasta graves aneurismas son algunas de las afecciones que han vivido los que, en teoría, estaban pasando por el mejor momento de sus vidas: éxito en sus carreras, reconocimiento, dinero y glamour que también han provocado una erosión que les ha afectado para siempre.
La confesión de los actores muchas veces respondía a su intención de ayudar a otras personas con los mismos problemas o similares. Por lo que, desde LOS40.com hemos consultado a Alma Marín, psicóloga sanitaria especializada en trauma, para entender el proceso por el que han pasado y que ella resume en la falta de seguridad por estar tan expuesto: "Cuánto más éxito, mayor exposición y presión social, y cuanto más ojos sobre ti, más peligro sentimos".

Kit Harington, el alcohol y el miedo a ser el centro de atención

Harington explicó en varias entrevistas que su "periodo más oscuro fue cuando Jon murió y resucitó (...) Cuando te conviertes en el protagonista de una serie y es una serie con tanto poder, el foco en ti es jodidamente aterrador".
Añadió que "no fue un buen momento en mi vida (...) Sentí que tenía que sentir que era la persona más afortunada del mundo cuando en realidad me sentía muy vulnerable. Pasé un mal momento en mi vida por ahí, como creo que mucha gente lo hace en sus 20 años ".
Algo que se incrementó cuando descubrió el final de su personaje: "El último día de rodaje, me sentía bien, luego fui a hacer mis últimos disparos y comencé a hiperventilar un poco (...) hasta que me rompí".

Según esas palabras, Marín detecta que el actor se siente vulnerable al tener la atención centrada en él: "Puede que en su experiencia vital haya vivido esos momentos como una amenaza y sienta peligro cuando pueda ser juzgado o decepcione a los demás". Y diferencia los dos estados de los que habla: vulnerabilidad y cuando se rompió. "Cuando su personaje es el protagonista le invaden las dudas de si lo hará bien, si gustará tanto como antes, de qué pensarán de mí y aparece el estrés. Y cuando dice que todo ha pasado, él baja la defensa absoluta y cae. Ahí llega el llanto y se permite romperse."
Pero aún hubo más. Esta semana el representante de Harington comunicaba que estaba ingresado en un centro de rehabilitación por el acohol y la ansiedad, desde antes de la emisión del último capítulo. Algo que para la psicóloga tiene todo el sentido: "El alcohol es algo que la gente utiliza para calmarse, para autoregularse cuando no eres capaz de hacerlo por ti mismo. Es una sustancia depresora y te calma la ansiedad, te desconecta". Por lo que "seguramente el actor lo pasó mal durante el rodaje pero aún más en la emisión, cuando se le dispararía de nuevo el sistema de defensa sobre si le juzgarían y para calmar su ansiedad lo que hizo es beber. De ahí que se enganchara a este comportamiento adictivo. Pero el problema de Kit seguramente no es que sea alcohólico sino que tendrá su raíz en la exposición pública".

Emilia Clarke: "Sin Juego de tronos nunca hubiera sufrido aneurismas"

También la actriz que daba vida a la Madre de dragones sufrió algo parecido: “En el momento en que todos mi sueños de niña parecían haberse hecho realidad, casi perdí mi mente y luego mi vida. Nunca he contado esta historia públicamente, pero es el momento”.
Pero cuando acabó la primera temporada de Juego de Tronos se encontraba “aterrada” ante la gran exposición social que tenía. Situación que le provocó mucho estrés y para calmarla buscó un entrenador personal. 
Según Marín, los ingredientes de ese "terror" son los mismos que vive cualquier deportista de élite, "la doble presión, que tras llegar a la meta deseada viene el miedo a perder ese estado. También hay mucha presión social: entrenadores, familia, público... y sostenerla es muy difícil, por lo que el éxito tiene un precio muy alto porque te deja en un estado continuo de miedo a perderlo".
También ve similitudes entre Harington y Clarke, solo que la actriz tiró de deporte en vez de alcohol.
"El deporte también calma el sistema simpático. Porque toda esa energía que se pone en marcha y que nosotros vivimos como ansiedad, que es solo la respuesta de supervivencia ante una situación que nos da miedo, ella la desfogó con entrenamiento".
Pero a Clarke también le afectó físicamente porque en una de las sesiones empezó a encontrarse mal, "como si una goma elástica me apretase el cerebro. Intenté ignorar el dolor, pero no pude. Le dije a mi entrenador que necesitaba descansar”. Y en el hospital le detectaron dos aneurismas.
Algo que también tiene que ver con el sistema nervioso autónomo, dice Marín: 

"Esa respuesta fisiológica es física y puede llevar a enfermedades como la psoriasis, úlcera, asma, colon irritable y hasta aneurismas. Porque hay cambios en el torrente sanguíneo y mucha presión arterial. Según lo que veo, Clarke estaba a tope de sistema simpático y se fue a entrenar, que puede ayudar a descargar. Pero si estás muy sobrepasada y te pones a hacer deporte te pueden saltar los plomos. Lo ideal hubiera sido un recurso menos agresivo como el yoga, por ejemplo".
Por lo que acaba concluyendo:
 "Seguramente si nunca hubiera participado en 'Juego de tronos' no le hubiera pasado".

Sophie Turner, la depresión y la supervivencia

En el caso de Turner y Williams, Marín explica que las consecuencias de Juego de tronos son aún más "graves" porque les ocupó toda su adolescencia (desde los 11 hasta casi los 22 años). Una etapa en la que aún se está forjando toda la personalidad y es importante lo que "opinen tus iguales"
Sophie explicó que sus problemas de salud mental comenzaron cuando tenía 17 años a raíz de su trabajo en la aclamada ficción de HBO:
"Llevo más de cinco años con depresión. El mayor reto para mí es levantarme de la cama, salir de casa y aprender a quererme a mí misma".
Todo empezó cuando llevaba dos años dando vida a la joven Stark y el juicio de las redes hizo mella en una etapa personal de grandes cambios: 
"Me gustaba tanto... no podía creerme que me iban a pagar por ello. Todo era increíble, pero empezó a irse a pique cuando alcancé la pubertad, a los 17 años. Mi metabolismo se ralentizó y empecé a ganar peso. Tuve que enfrentarme al escrutinio de las redes sociales, y en ese momento fue cuando la depresión empezó a golpearme".
La psicóloga señala que "bajo tanta presión acostumbramos a huir, a aislarnos, nos vamos cerrando para no sentir esas emociones, pero esa es una retroalimentación negativa. Y cuando has pasado tanto estrés, a tan alto nivel, en cuanto paras llega esa depresión".

La actriz continuó contando que "veía 10 comentarios fantásticos y los ignoraba, pero uno negativo me hundía (...) Me lo creía. Me decía a mí misma: 'Sí, estoy llena de granos, estoy gorda, soy mala actriz' (...) Empecé a preocuparme por los ángulos de cámara. Me preocupaba mi cara, ya que tengo una nariz grande y a todo el mundo le encanta decírmelo. No sabía en qué ángulo ponerme, y afectaba a mi creatividad. No podía serle fiel al personaje porque estaba demasiado preocupada por eso".
Sobre centrarse en lo negativo, Marín hace un paralelismo:

"¿A los ciervos qué les interesa saber más por supervivencia: dónde está el mejor pasto para comer o dónde está el lobo para huir? Pues es lo mismo, cuando te sientes amenazado vas a buscar las señales de alerta, no te fijas en lo bueno. Estás pendiente de todo lo malo. Es supervivencia. Como ella está bajo tanta presión, siente que la amenaza son las críticas y se centran en ellas para evitarlas. Son el lobo".

Maisie Williams: "No se odiaba a sí misma, sino a lo que sentía"

También la intérprete de la valiente y fuerte Arya Stark vivió algo muy diferente a su personaje. Reconoció que su exposición al mundo y mucho más a las redes sociales creó en ella un sentimiento de odio en bucle hacia sí misma que afectó profundamente a su seguridad y autoestima.
"Pasé por un largo periodo en mi vida en el que me decía a mí misma cada día que me odiaba. Llegué hasta el punto de estar manteniendo una conversación con mis amigos y mi mente no dejaría de dar vueltas, estaría pensando en todas las estupideces que he dicho en mi vida y que no dejarían de pasar por mi cabeza. Estaríamos hablando y yo diría: 'me odio'".
Marín explica que el éxito de Maisie es un arma de doble filo, porque mientras "sus amigos le admiraban, en realidad no se sentiría integrada porqueno seguía el día a día de sus iguales, está en otra liga y eso te hace sentir diferente. Por eso también desea que le digan algo negativo porque así tenía la excusa de hundirse".
Sobre el odio del que habla la actriz, Marín aclara que "en realidad no te odias a ti misma, odias lo que sientes, el estado en el que estás. Supongo que ella estaría con mucha ansiedad, estrés, no integrada con sus amigos y odiaba sentirse así. Por eso buscaba cualquier excusa para tirar la toalla y qué mejor que la gente odie lo que estás haciendo para que no se lo pidan más". 

Maisie acababa explicando que "todos podemos sentirnos identificados con eso, diciéndonos a nosotros mismos cosas horribles." Algo que en lo que está de acuerdo Marín y que señala que "son respuestas del cuerpo, ante situaciones estresantes que nos ocurren a todos (en mayor o menor medida), por lo que todo se desarrolla en si te sientes seguro (calmado, tranquilo, creativo), en peligro (ansiedad, hipervigilancia, lucha, defensa) o depresivo (no siento nada y quiero que pase todo esto)".

domingo, 26 de mayo de 2019

Juego de Tronos.-a




Una de las series más exitosas de HBO acabó el pasado 19 de mayo con el episodio ‘El Trono de Hierro’ (8x06).

Tras ocho temporadas y numerosas batallas que han dejado a más de uno con la boca abierta, Juego de Tronos se ha posicionado, además de ser una de las series más exitosas de los últimos años, como una de las ficciones que más muertes ha albergado.
Y así lo demuestra una increíble y detallada infografía que ha elaborado The Washington Post. En ella se puede ver quién, cómo, por qué y dónde ha muerto cada personaje, además de los extras, en estas ocho temporadas de la serie.
Este increíble análisis también ha revelado datos muy curiosos, como el lugar dónde han muerto más personajes, posicionando a Invernalia como la primera con 3,709 muertes, seguida de Desembarco del rey con 1,357 y Más allá del Muro como tercero en el puesto con 1,092 muertes.
Esta infografía también ha revelado que el asesino más despiadado de la serie ha sido Drogon con 1,426 muertes (ya que ha sido literalmente el que ha quemado todo Desembarco del Rey), seguido de Arya con 1,278 (la mayoría por lo Caminantes Blancos), Rhaegal en el tercer puesto con 273, seguido de Cersei Lannister con 199 muertes y en el cuarto Jon Nieve con 112 muertes.
Otro de los datos que hay que destacar han sido las batallas que más muertes han arrastrado. La primera es La Batalla de Invernalia con 3,512 bajas, seguido de la quema de Desembarco del rey con 1,020, en La caza al Caminante Blanco con 849 muertos, la destrucción del Gran Septo de Baelor con 198 y siendo la última La Batalla de los Bastardos con 168 bajas.
Y por último, el arma que más vidas ha podido sesgar ha sido: La primera mediante animales, 1756 muertes; segunda magia con 1,244 muertes; tercera la espada con 801 muertes; fuego, 307 muertes y flechas, 209 muertes.



Los mejores momentos de ‘Juego de tronos’





1.- “Las cosas que hago por amor"

Es la frase que ha definido a Jaime Lannister a lo largo de toda la serie y con ella metió de lleno a los espectadores en ‘Juego de tronos’. Bran Stark, un niño inquieto que se entretenía escalando por los muros y árboles de Invernalia, pillaba por sorpresa a los hermanos Lannister manteniendo relaciones sexuales. Jaime decidía poner solución por la vía rápida: empujándole desde lo alto de la torre. Sexo, relaciones incestuosas, grandes frases, crueldad y giros impactantes, todo en cinco segundos. 

 2 Decapitación de Ned Stark 

Fue el momento en el que realmente arrancó ‘Juego de tronos’ y todavía es uno de los más recordados de la serie. Parecía que Sean Ben era el protagonista y que así sería a lo largo del tiempo. Pero no, solo lo fue hasta el noveno episodio de la primera temporada, porque fue decapitado ante los ojos de sus dos hijas.


 3 Daenerys, madre de dragones

Una escena crucial es el momento en el que Daenerys Targaryen, al final de la primera temporada, se mete dentro de la pira funeraria de su marido Khal Drogo con sus huevos de dragón y sale de él desnuda, algo chamuscada pero viva y con tres dragoncitos recién nacidos. Desde entonces es khaleesi y madre de dragones.

 4 Batalla de Aguasnegras 

La flota de Stannis Baratheon ataca la bahía de Aguasnegras mientras que el ejército Lannister defiende Desembarco del Rey en esta batalla que es el clímax de la segunda temporada y en la que vemos por primera vez las llamaradas verdes del fuego valyrio. La primera gran batalla de una serie llena de enfrentamientos memorables.

Dracarys 

Daenerys se pasó buena parte de la serie buscando soldados para sumar a su ejército. En una de esas paradas, sus interlocutores hacían bromas a su costa pensando que no entendía el valirio. Pero sí, es su idioma materno. El intercambio de un dragón por un ejército de Inmaculados le sale mal al esclavista que con un “Dracarys” termina chamuscado.

 La Boda Roja

No hace falta que expliquemos mucho este momento a estas alturas…La Boda Roja ha pasado incluso a ser parte de nuestro vocabulario. Una emboscada en forma de celebración que termina con buena parte de los Stark muertos. “Los Lannister mandan recuerdos”. Poco más que añadir.

La Boda Púrpura 

Otra boda y más muertes. En este caso, el que había sido el gran villano hasta el momento, el rey Joffrey, muere envenenado en su propio enlace. Su muerte fue uno de los momentos más gratificantes de todo ‘Juego de tronos’ (junto a otra muerte que repasamos más abajo).


 8 El juicio de Tyrion

Peter Dinklage presentó este capítulo a los Emmy y ganó como mejor actor de reparto. El monólogo de Tyrion Lannister en su defensa cuando está siendo juzgado por, supuestamente, asesinar a su sobrino, es uno de los momentos más memorables de toda la serie. “Ojalá fuese el monstruo que creéis que soy”.


La Montaña y la Víbora

En una serie llena de muertes impactantes, la de Oberyn Martell fue una de las que se quedó en nuestra retina, y en nuestros oídos. Porque si apartabas la mirada de la pantalla para no ver cómo sus ojos se hundían bajo los dedos de la Montaña, escuchabas cómo su cráneo chascaba con la fuerza de su contrincante. Todo el enfrentamiento previo, en el que la habilidad se enfrenta a la fuerza bruta, también merece mucho la pena.


10 Tyrion mata a Tywin 

Tywin no merecía menos que morir sentado en el retrete. El encargado de matarle es su propio hijo Tyrion, al que ha sometido a constante maltrato emocional desde niño. Dolido por todo lo ocurrido durante su juicio, y en plena huida de Desembarco, Tyrion mata a su arrogante y maquiavélico padre de la forma más deshonrosa posible.

 11 Jon conoce al Rey de la Noche en la Batalla de Casa Austera

Mientras que los humanos peleaban por el Trono de Hierro, un ejército de zombis avanzaba poco a poco (muy poco a poco) con malas intenciones. Jon Nieve se dio cuenta aquí de que, daba igual lo que hicieran en el sur: si el Rey de la Noche y los suyos seguían avanzando, nada quedaría al paso de un ejército que sumaba muertos con solo un gesto de su Rey. Un episodio que fue una lección de efectos visuales.


12 Shame, shame, shame

El paseo de la vergüenza al que fue sometida Cersei Lannister es otra de las grandes imágenes de la serie, con una Lena Headey en estado de gracia (durante toda la serie ha permanecido en ese estado, en realidad). Una mujer tan poderosa, arrogante y cruel como Cersei, sometida a una humillación así al son de una campana y de unas palabras repetidas: “shame, shame, shame”... Su venganza sería terrible.

 
13 La muerte de Jon Nieve 

El final de la quinta temporada estuvo lleno de grandes acontecimientos, pero lo que más dio que hablar fue la muerte de Jon Nieve en una emboscada preparada por sus propios compañeros de la Guardia de la Noche, que le consideraban un traidor. Apuñalado en reiteradas ocasiones “por la Guardia”, Jon quedaba tendido en el suelo. ¿Había muerto? ¿Estaba vivo? Si había muerto, ¿podría revivir? ¿Cómo?

14 Hold the door 

Uno de los personajes favoritos de los seguidores de esta historia era Hodor, el fiel compañero de Bran en sus andanzas por el mundo. En este capítulo descubríamos por qué solo repetía “hodor”, quién era en realidad (Wylis) y cómo se sacrificaba para evitar que los Caminantes Blancos alcanzaran a Bran. Un momento que rompió el corazón de los seguidores de la serie.


15 Montañas de muertos en la Batalla de los Bastardos 

El enfrentamiento entre Jon Nieve y Ramsay Bolton (antes Ramsay Nieve) es uno de los mayores logros en lo que se refiere a producción y dirección de toda la serie. Ponía en el campo de batalla no solo sangre, muertos y violencia, también mucha emoción por todo lo que significaba. La muerte de Rickon, la vivencia a través de los ojos de Jon, la llegada de la ayuda cuando todo parece perdido, los Stark volviendo a Invernalia… Y esas montañas de muertos… Capitulazo.


 16 Ramsay, alimento para sus perros 

Y después de la Batalla de los Bastardos y de tanto sufrimiento, llega la recompensa en forma de una gratificante muerte. Ramsay, torturador, violador, asesino, sádico, merecía morir entre terribles sufrimientos. Y lo hace, comido por sus propios perros y ante la mirada de Sansa. La justicia poética también existe en ‘Juego de tronos’.
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17 Cersei vuela el Septo

Los primeros minutos del último capítulo de la sexta temporada son grandes por muchos motivos, pero posiblemente es la banda sonora de Ramin Djawadi la que los convierte en memorables. Con sus acordes vamos viendo cómo se pone en marcha la gran venganza de Cersei, que vuela el Gran Septo con el Gorrión Supremo y Margaery Tyrell dentro. Tras ello, su hijo Tommen, que reinaba en ese momento, se suicida tirándose por la ventana.


 18 Las últimas palabras de Olenna Tyrell 

“Dile a Cersei que fui yo”. La Reina de las Espinas estuvo magistralmente interpretada por Diana Rigg y tuvo la despedida que se merecía el personaje. Antes de beber el veneno que acabará con su vida en presencia de Jaime, se encarga de que quede claro quién fue la culpable de la muerte de Joffrey. Una gran venganza de última hora.

19 Los dragones y los dothrakis contra los Lannister 

Otra de las grandes batallas de la serie fue este enfrentamiento rodado en Los Barruecos y que incluía la escena con más especialistas en llamas a la vez de la historia de la televisión. Los Lannister transportaban el botín que traían de Altojardín cuando se encontraban de frente con la furia de los dothrakis y con el fuego de Drogon. Jaime a punto de morir también nos aceleró el pulso.


 20 Viserion zombi 

La transformación de uno de los dragones de Daenerys en un dragón zombi fue casi tan dolorosa como la muerte del personaje más querido. Dany tuvo que ir al rescate de Jon y los suyos en su excursión Mäs allá del Muro para buscar un muerto viviente que llevar ante Cersei. En ese rescate, Viserion caía herido y los Caminantes lo rescataban convirtiéndolo en uno de los suyos. La temporada terminaba con Viserion echando abajo el Muro con su fuego azul en otra impresionante imagen.


 21 Jaime arma caballero a Brienne
La relación con Brienne ayudó a que los espectadores vieran a Jaime con otros ojos. Cuando se reencuentran en Invernalia, y durante la noche anterior a la gran batalla contra los muertos, Jaime arma caballero de los Siete Reinos a Brienne, que termina con la mayor sonrisa jamás vista en esta serie.


 22 Arya termina con el Rey de la Noche 

Nadie esperaba que fuera Arya quien matara al Rey de la Noche. Gracias a su habilidad con la daga, la joven Stark fue quien mató al jefe del ejército de zombis y, así, puso fin al asedio de los muertos vivientes sobre Invernalia. Lo hizo justo a tiempo de que Jon no terminara comido por el dragón zombi y de que el Rey de la Noche alcanzara a un indefenso Bran.


 23 Daenerys destruye Desembarco del Rey 

Otro de los grandes momentos cumbre de la serie: Daenerys fuera de sí, a lomos de Drogon barriendo con fuego las calles de Desembarco del Rey y dejando tras de sí un reguero de muerte y destrucción. La cámara nos muestra los horrores de la guerra como nunca antes en la serie, guerras en las que mueren niños, mujeres y cientos de inocentes. OJO, la próxima imagen es del último capítulo de la serie.


24 Drogon funde el Trono de Hierro 

El último capítulo ha reservado la muerte de Daenerys Targaryen a manos de Jon Nieve como uno de los momentos cumbre tras ver cómo la que pensaban que era la gran esperanza de los Siete Reinos en realidad era una tirana que solo quería más y más poder. Pero Drogon no se ha tomado muy bien la muerte de su madre y con unas fuertes llamaradas ha fundido el dichoso Trono de Hierro por el que todos peleaban en una de las imágenes más potentes del último episodio.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Diecinueve increíbles errores de ‘Juego de tronos.-a

1. Una mano que crece milagrosamente

Jaime Lannister abraza a su Cersei en el penúltimo episodio de Juego de tronos en una imagen promocional del episodio. En la escena, al manco le crece milagrosamente la mano derecha que le amputó Vargo Hoat en el tercer episodio de la tercera temporada. ¿En serio?
Abajo, en un círculo rojo, la mano de Jaime Lannister. ¿No quedamos en que se la cortaron?

2. El extraño café en vaso de plástico

Aún no ha trascendido de quién era el relaxing cup of café con leche de Starbucks que se coló en el episodio 8x4 de Juego de tronos. En medio de una secuencia un tanto relevante –cuando Daenerys comprende con envidia que todos prefieren a Jon Snow como rey–, encima de la mesa, entre las copas y platos de metal, un vaso de plástico reclama nuestra atención. Aunque los responsables de HBO bromearon afirmando que la Khaleesi prefería té de hierbas y han borrado digitalmente el objeto (ya no se verá más), el descuido se convirtió rápidamente en meme. ¿Descuido? ¿O estamos hablando de una ingeniosa campaña de publicidad? 
El famoso vaso de Starbucks sobre la mesa.

3. El ‘palabro’ “Sicansíos” no era valyrio

Los que vieron la serie doblada al español fueron los primeros en dar la voz de alarma. ¡Dracarys! ¿Cómo es posible que Davos hablase en alto valyrio? En efecto, para ayudar a Daenerys en el vuelo de sus dragones –en el famoso episodio a oscuras, el 8x3, en el que a HBO se le olvidó pagar la factura de la luz–, Davos levanta un par de antorchas como si estuviera en medio de un aeropuerto, moviendo los brazos al grito de “She can’t see us!” (“¡Ella no nos puede ver!”). En el doblaje en España la frase se tradujo de forma tan literal que ni Chiquito de la Calzada, resultando el ya famoso palabro: “¡Sicansíos!”. ¿Cómo pudo ser posible semejante despropósito? Según el actor Juan Fernández, la culpa no fue de la inmediatez de la traducción (para evitar la piratería) o por falta de recursos, sino, según explicó en un tuit que luego borró, del propio guion que les llegó en el que no figuraba la frase “no puede vernos” sino “la que dije” y la dieron por válida el traductor, el director y el supervisor.

4. Si el lugar no existe, te lo inventas

No tan descacharrante como el “sicansíos” español, pero igual de desconcertante, fue el dudoso diálogo que mantuvieron Renly Baratheon y Catelyn Stark en el episodio 2x5 sobre la alianza entre sus casas. Según la negociación, Renly explica que Robb Stark obtendría así las tierras del sur de “Moat Catelyn”, cuando en realidad debería haber dicho Moat Cailin, por el foso Cailin. ¿Se equivocó el actor, venía de fábrica la errata, era una forma de decirle al espectador que Renly no estaba predestinado a gobernar los Siete Reinos? Nunca lo sabremos, pero, por si acaso, el karma se la devolvió al espectador cuando el ignorante personaje se muere en la misma escena.

5. La espada (de goma) de Jon Snow

La famosa Batalla de los Bastardos prometía ser lo más durante la sexta temporada de la serie. El épico enfrentamiento entre el sanguinario Ramsay Bolton, que amenazó a Rickon Stark para atraer a Jon Snow a su terreno. Fue un poco frustrante que en momento tan remarcable, el héroe se subiera a su caballo a toda mecha, provocando que la larga espada que llevaba enfundada y que estaba fabricada nada menos que en acero valyrio se moviera más que un postre de gelatina. Los fans más cachondos pasaron a denominar a la espada Longclaw –en español, literalmente “garra larga”–, la Longnoodle, literalmente "fideo largo".

6. El ordenador de Stannis

Qué sería de Juego de tronos si hubieran existido los móviles y la conexión a Internet. La imaginación vuela con una imagen del episodio 5x10 en la que asoma lo que parece ser un cargador de un portátil debajo de una de las piernas de Stannis Baratheon, que yace malherido en el suelo, apoyado en un árbol. Si resulta chocante que un vaso de café se pueda colar en una escena, más delirante es ver con claridad el objeto en la foto de promoción enviada a los medios. En la serie intentaron disimularlo, pero sigue asomando parte del cable de alimentación. Para más inri, tal y como ocurriera con el diálogo inmediatamente anterior a la muerte de Renly Baratheon explicado más arriba, esta secuencia es significativa porque Stannis Baratheon es asesinado. Vamos, que no pasaría desapercibida.

7. El collar con poderes de Melisandre (o no)

Era fácil temer a la Mujer Roja, dueña del don de resucitar a los muertos (entre ellos, Jon Snow). Parecía invencible, pero su kriptonita se enroscaba en su cuello en forma de elegante collar con un rubí. En la sexta temporada (6x1) se confirmó que, en caso de deshacerse del accesorio, Melisandre envejecería rápidamente hasta morir. Sin embargo, en la cuarta temporada, la hechicera se lo quitó al darse un baño sin que su aspecto cambiara lo más mínimo.

8. ¿En qué quedamos: látigo o cuchillo?





Hay errores de continuidad y luego está esto. En el sexto episodio de la quinta temporada, Nymeria, una de las peligrosas Serpientes de Arena, corre con un látigo enrollado en la mano derecha hacía Myrcella. En el siguiente plano, el látigo se ha convertido por arte de magia en una daga con la que amenaza a la hija de Cersei.

9. La traviesa cicatriz de Jon Snow

Sus colegas de la Guardia de la Noche apuñalaron a Jon Snow hasta la muerte al final de la quinta temporada. Aunque los creadores de la serie dijeron que el entonces bastardo no regresaría, resucitó milagrosamente en el segundo episodio de la sexta temporada. Cuando después, en el episodio 7x6, se desnuda delante de Daenerys, la herida mortal en forma de media luna no aparece como tal: había cambiado ligeramente de forma y se había desplazado unos milímetros en su pecho. Eso sí, debido al encuentro sexual entre estos dos, el desliz sinceramente nos daba lo mismo.

10. Un extra en vaqueros

En el primer episodio de la serie estábamos a otra cosa, pero, con los visionados de los fans que buscan con lupa cualquier pista escondida o errores que han pasado desapercibidos nos encontramos con este gazapo descubierto hacer poco. Detrás de Jaime Lannister se distingue a un extra (o a alguien del equipo) con unos vaqueros de color azul. La broma está asegurada: ¿es un miembro de la Casa Denim, se confirmará que el Cuervo de Tres Ojos no solo puede ver el futuro sino que puede pasarse por las rebajas antes de regresar?


11. Un soldado que no atina

De la primera temporada, cuando no sabemos de dónde sacaban a los extras o no repetían las escenas por falta de presupuesto, surge otro momentazo para enmarcar. El soldado del episodio 1x8 que debe guardar su espada, pero se le queda atascada ante la mirada canalla de Joffrey. Visto en perspectiva, su torpeza hasta resulta entrañable entre tanto sanguinario sin escrúpulos.

12. El baile del pañuelo de Tyrion

Mientras Cersei le lee la cartilla a Tyrion, este juega con una servilleta que es casi más grande que él y a la que no le podemos quitar ojo cuando vemos que se la quita del cuello no una sino dos veces seguidas.

13. Los locos títulos de crédito

Los títulos de crédito de Juego de tronos son una maravilla, con la ya icónica sintonía de Ramin Djwadi. Mientras la cámara recorre el mapa de Poniente y Essos, los creadores intercalaron en él pequeñas pistas que adelantan algunos acontecimientos, de ahí que la intro haya ido variando a lo largo de las temporadas. Sin embargo, en la secuencia original de los dos primeros episodios, por culpa del montaje o de las prisas, algunos símbolos de las casas que aparecen al lado de los nombres de los actores no son correctos. Sophie Turner (Sansa) aparece como Targaryen cuando es Stark; Emilia Clarke (Daenerys) como Lannister cuando es Targaryen, y Jack Gleeson (Joffrey) como Stark, cuando es Lannister. Ay, las prisas...

14. Desapariciones inquietantes

Un clásico de Juego de tronos es la volatilización de algunos personajes o cosas que estaban aquí, y ahora están allí, como la mosca. La mano de Catelyn Stark que desaparece en el episodio 1x8 o, al contrario, la sangre de la espada que reaparece a pesar de ser limpiada (5x9) son meras anécdotas si las comparamos con los poderes que parecen tener los Hijos de la Arpía que en el episodio cuarto de la quinta temporada mueren junto a Barristan Selmy, pero se esfuman sin que casi nos demos cuenta.


15. El Muro mágico

Una de las historias románticas más tormentosas de Juego de tronos ha sido la protagonizada por Jon Snow y la salvaje Ygritte (en la vida real, Kit Harington y Rose Leslie se han casado). En el sexto episodio de la tercera temporada, tras lograr ascender por el implacable Muro que, poco antes, se ha resquebrajado poniendo en peligro sus vidas y las de Tormund y Orell, la pareja se aparta y se da un largo beso ante la inmensidad de la naturaleza. La cámara se aleja entonces y asciende, mostrando el lado del Muro por el que han subido hace unos segundos. Sin embargo, Tormund y Orell (a quiénes les importan) se han esfumado para el bien de la romántica escena.

16. La falta de memoria es lo que tiene

Además del insólito café latte, en el episodio 8x4 descubrimos que a Jaime Lannister no le salen las cuentas. En un momento dado, Lannister asegura a Brienne (que está enamorada de él), que no es el buen hombre que ella cree pues “estrangulé a mi primo con mis propias manos” y lo hizo por satisfacer a su amada Cersei. Lo cierto es que, aunque Jaime, efectivamente mató a Alton Lannister en el séptimo episodio de la segunda temporada, no recuerda que lo hizo a golpes. El que murió asfixiado fue uno de los guardias, pero no el primo.

17. Gendry se olvida de quién es

Aunque parezca increíble en el episodio 8x5 aún hay más. Cuando Gendry, el amante de Arya Stark, le recalca su nueva posición como recién nombrado (por Daenerys) Bastión de Tormentas, y que, por lo tanto, ya no es solo “Gendry Ríos”. ¿Ríos? Como algunos fans apuntaron, lo correcto sería Gendry Mares, porque en cada región de los Siete Reinos se les da un apellido a los hijos bastardos y al hijo bastardo de Robert Baratheon le correspondería el Reino de las Tormentas, es decir, Mares (al igual que Ríos se adjudica al Reino de las Islas y los Ríos).

18. Las locas trenzas de Daenerys

La Madre de los Dragones cuida su apariencia al lucir unas trenzas elaboradas que ya quisiera la Nancy. En la octava temporada, el departamento de peluquería de Juego de tronos ha tenido un serio problema con unos recogidos impecables, pero que, ay, cambiaban continuamente en la misma secuencia. ¡Missandei vuelve!
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19. ¡Que le corten la cabeza… a Bush!

Entre todos los cameos de famosos posibles (que ha habido unos cuantos, desde el bisnieto de Tolkien a cantantes como Ed Sheeran o miembros de Coldplay y Snow Patrol), el más llamativo es uno por el que los creadores de la serie tuvieron que pedir disculpas. Durante la primera temporada, en una cruenta escena entre Joffrey y Sansa donde aparecen varias cabezas empaladas en lanzas (entre ellas, la de Ned Stark), una de ellas es la del expresidente George Bush. Argumentaron que habían seleccionado algunas prótesis de forma aleatoria del almacén de HBO, de ahí que asumieran el error y borraran la polémica cabeza decapitada en el DVD.

La serie de televisión Breaking Bad.-a

Introducción  Breaking Bad es una serie de televisión dramática estadounidense creada y producida por Vince Gilligan. Breaking Bad...